jueves, 24 de septiembre de 2009

NOSTRADAMUS Y LA ACTUALIDAD

NOSTRADAMUS Y LA ACTUALIDAD

Desde el remoto tiempo del siglo XVI, el profeta francés pudo percibir los hechos que se están desarrollando en la época actual. He aquí los que pueden considerarse más importantes:

1º.- CUARENTA AÑOS DE FALSA PAZ Y LA GRAN SEQUÍA.

I – 17
Por cuarenta años la Paz no aparecerá,
Por cuarenta años todos los días será vista:
La tierra árida en sequía crecerá,
Y gran diluvio cuando será apercibido.

Tras la Segunda Guerra Mundial, la Paz no aparecerá durante cuarenta años, aunque, aparentemente, todos los días dirán que será vista, en toda la segunda mitad del siglo XX: Debido a la progresiva escasez de lluvias, la tierra será cada vez más árida en numerosos lugares del planeta, que en sequía crecerá, y entonces, en los primeros años del Tercer Milenio, un gran diluvio bélico, la Tercera Guerra Mundial, se desatará, cuando todo eso será percibido por los habitantes del globo terráqueo.


2º.- PROFANACIONES EN LAS PIRÁMIDES Y LAS SECTAS.

VII – 14
Falso exponer vendrá topografía,
Serán los recintos de los monumentos abiertos:
Pulular secta, santa filosofía,
Por blancas, negra y por antiguas verdes.

Desde los años 60 en adelante, exponiendo falsamente que vendrán a hacer topografía, serán abiertos y profanados los recintos de las pirámides de Egipto: Hasta los comienzos del siglo XXI, habrá un gran pulular de sectas, junto a la santa filosofía, doctrinas y enseñanzas verdaderas y falsas, todas mezcladas, correspondientes a las distintas razas, terrestres y extraterrestres.






3º.- FALSAS CONVERSACIONES DE PAZ.

III – 26
Reyes y Príncipes establecerán simulacros,
Augures, creídos elevados arúspides,
Cuerno, víctima dorada, y de azul, de acre,
Interpretados serán los presagios.

Durante las últimas décadas del siglo XX y comienzos del XXI, los dirigentes de las naciones establecerán simulacros de paz y seguridad. Los augures abundarán y serán creídos elevados arúspides, que no hablarán de un cercano futuro de guerra, de víctimas en la arena dorada, en el cielo azul, en la acre tierra. Entonces, serán interpretados los presagios del profeta (es el tiempo en que se llevará a las librerías la obra de José García Álvarez, “Las profecías de NOSTRADAMUS”, de Mestas Ediciones).


4º.- CRISIS DEL PAPADO Y DEL GOBIERNO ITALIANO.

III – 63
El poder Romano estará del todo abajo,
Su gran vecino imitar los vestigios:
Ocultos odios civiles y debates,
Retardarán a los bufones sus locuras.

Tras el Concilio Vaticano II, a mediados de los años 60, el Poder del Papado Romano se irá degradando, hasta que estará abajo del todo. Su gran vecino, el Gobierno de Italia, imitará sus huellas: Odios civiles ocultos y debates infructíferos retardarán a los dirigentes bufones sus locuras.


5º.- TIEMPOS DE DEGENERACIÓN ESPIRITUAL.

IV – 33
El Poder más unido a la Pasión que a la Razón,
Apareciendo de plenitud blanca:
Pasión oculta bajo aparente Pureza
De Guerra golpeada por la pesada rama.

En las últimas décadas del siglo XX y comienzos del XXI, el Poder estará más unido al bajo instinto que a la Razón, apareciendo en los momentos de plenitud republicana y liberal: La pasión insana estará oculta bajo el aspecto honesto de la pureza fingida, y entonces se acercará el momento en que la Tierra será golpeada por la pesada vara de la nueva guerra planetaria.


6º.- TIEMPOS DE POSTGUERRA Y COMIENZOS DEL TERCER MILENIO.

I – 63
Las flores pasadas, disminuido el mundo,
Largo tiempo la paz tierras deshabitadas,
Hermana marchará por cielo, tierra y onda,
Después, de nuevo, las guerras suscitadas.

La primera mitad del siglo XX habrá marchitado la belleza y disminuido el mundo con sus guerras universales. Después en la segunda mitad, en los tiempos de postguerra y comienzos del Tercer Milenio, la paz relativa se extenderá por las tierras anteriormente deshabitadas por las contiendas, luego que su hermana, la guerra, marchará por cielo, tierra y mar. Y súbitamente, de nuevo, las guerras serán suscitadas a nivel universal en la Tercera Guerra Mundial.


7º.- LAS ESTÉRILES CONVERSACIONES DE PAZ.

VIII – bis – 2
Muchos vendrán y hablarán de paz,
Entre Monarcas y Señores muy potentes,
Pero no será acordada tan pronto,
Que no se hacen más que otros obedientes.

En el transcurrir de las últimas décadas del siglo XX y tiempo actual, muchos vendrán y hablarán de Paz, sobre todo entre Jefes de Estado y dirigentes muy poderosos del planeta. Pero, la Paz no será acordada tan pronto como se quisiera, porque dichos gobernantes de la Tierra no serán más obedientes de la Ley de Dios, que otros habidos anteriormente.



8º.- SANGRIENTOS ACONTECIMIENTOS SOCIALES.

V – 96
Sobre la mitad del gran mundo la rosa,
Por nuevos hechos sangre pública expandida:
A decir verdad se tendrá boca cerrada,
Entonces en necesidad vendrá tarde el esperado
Desde los años 70 en adelante, en que sobre la mitad del mundo gobernará el partido socialista, el de la rosa, por nuevos hechos trágicos, como atentados terroristas, accidentes de todo tipo, masacres deportivas, asesinatos de psicópatas, pruebas secretas militares, la sangre pública será expandida: Pero, a decir verdad, prácticamente, sobre todo esto los gobiernos del mundo tendrán la boca cerrada. Es entonces, más adelante, en la necesidad, cuando verán sus errores, pero vendrá tarde para ellos, el esperado Jesús el Hijo del Hombre.


9º.- TIEMPOS DE CORRUPCIÓN Y DEGRADACIÓN.

VIII – 14
El gran crédito de oro y plata la abundancia
Hará cegar por libido el honor:
Será conocida de adulterio la ofensa,
Que llevará a su gran deshonor.

En los últimos tiempos del siglo XX y época actual, el gran crédito de dinero en abundancia, hará cegar el sentido del honor, por lo que será grato al instinto: Será conocida la corrupción de grandes personajes y el adulterio de Jefes de Estado como el norteamericano Bill Clinton, que le llevará a su gran deshonor, pero que no producirán más efecto que la morbosidad general.


10º.- CORRUPCIÓN POLÍTICA.

X – 76
El gran Senado discernirá la pompa,
A uno que después será vencido, expulsado,
Sus partidarios serán a son de trompa
Bienes publicados, enemigos desterrados.

Las últimas décadas del siglo XX y comienzos del Tercer Milenio contemplarán una gran corrupción política. Será frecuente ver cómo el Parlamento de un país investigará la pompa de uno u otro, que después será condenado, expulsado de su cargo, sus partidarios trompeteando, publicados los bienes que ha obtenido con su corrupción y, como enemigos, algunos desterrados.





11º.- PROLIFERACIÓN DE EXPERIMENTOS BIOGENÉTICOS.

XI – 28
El año mil seiscientos nueve o catorce, ---Falso
Seiscientos seis hará Pascuas en Cuaresma, ---Falso
2 – El viejo Caronte, por escrito lo pondrá
1 – La Medicina, de todo eso se asombrará,
3 – Al mismo tiempo asignado en persona
4 – Pero por cierto uno de ellos comparecerá.

Esta sextilla es otra profecía alterada por el de Beaucaire. Se refiere a que en los últimos tiempos la Medicina asombrará al mundo con sus trasplantes, vida por probeta, clonaciones, experimentos sacados del Averno. Lo pondrán por escrito en periódicos y revistas y serán entrevistados en los medios de comunicación “insignes” de la Ciencia. Pero, también habrá quien comparecerá para decir lo que es cierto: que todo es una aberración.


12º.- LA GUERRA DE LOS BALCANES. GRANDES GRANIZADAS.

X – 67
El temblor tan fuerte en el mes de Mayo,
Saturno, Aries, Júpiter, Mercurio en Tauro:
Venus, también Cáncer, Marte en Destierro,
Caerá granizo entonces más grueso que un huevo.

A finales del siglo XX la Guerra de los Balcanes aterrorizará al mundo y la tierra temblará fuertemente por los bombardeos aliados en el mes de mayo de 1999, cuando Saturno y Mercurio estarán en Tauro y Júpiter en Aries: También Venus estará en Cáncer y Marte en Destierro. Poco después vendrán tiempos en que será frecuente ver caer del cielo un granizo más grueso que un huevo.


13º.- GUERRA EN ORIENTE MEDIO.

I – 38
El Honor y la Gloria al vencedor aparecerán,
Respuesta vana al vencido se le asegura,
Por cuerpos ni gritos arneses detendrán,
Venganza paz por muerte tan acabada en la hora.

El honor y la gloria serán para Sharon, vencedor de la breve guerra entre judíos y palestinos. Para sus reivindicaciones, respuesta vana al vencido se le asegura. Los muertos y heridos no detendrán la lucha, por los deseos de venganza de los musulmanes, que no querrán paz si los israelitas no se retiran, aunque todo acabe con la muerte de todos ellos.


14º.- EL FINAL DE LO APARENTE EN EUROPA.

VIII bis – 3
¡Ay, qué furor! ¡Ay, qué piedad,
Habrá entre mucha gente!:
No se vio nunca una tal amistad,
Como tendrán los lobos a correr diligentes.

En las últimas décadas del siglo XX y comienzos del siglo XXI ¡cuánto furor materialista y, a la vez, qué piedad religiosa habrá entre mucha gente! Nunca se vio una amistad tal entre los pueblos de Europa como tendrán los que, pronto, serán como lobos dispuestos a correr diligentes hacia su presa.


15º.- DESASTRES DE TODO TIPO.

II – 95
Los lugares poblados serán inhabitables,
Por campos haber gran división:
Reinos entregados a prudentes incapaces,
Entonces los grandes hermanos muerte y disensión.

A causa de desastres de todo tipo, durante las últimas décadas del siglo XX y comienzos del Tercer Milenio, los lugares antes poblados serán inhabitables. Por la propiedad de los territorios, pronto habrá gran división: Los gobiernos entregados en vez de a los prudentes, a los incapaces. Entonces, los grandes hermanos del Mediterráneo, de Europa, del mundo, se pondrán en muerte y disensión. El tiempo cercano contemplará esto.


16º.- FRANCIA FELIZ, EN VÍSPERAS DE TRAGEDIA.

X – 16
Felices en el reino de Francia, felices de vida,
Ignorando sangre, muerte, furor y rapiña,
Por no aduladores serás puesto en envidia,
Rey despojado, demasiado fuego en cocina.

En los tiempos actuales felices están en el reino de Francia, por la vida que disfrutan, ignorando la avalancha de sangre, muerte, furor y rapiña que se les avecina con la Tercera Guerra Mundial. Por no ser aduladores, el país será objeto de la envidia, su Presidente despojado, y demasiado fuego bélico en el hogar de los franceses.


17º.- ADVERTENCIA DEL PROFETA A FRANCIA.

VIII bis – 6
¡Ay, lo que apetecerán los Príncipes extranjeros!
Guárdate bien de que ello a tu país no venga
Habrá terribles peligros
En muchas comarcas, lo mismo en la Vienne.

En estos tiempos actuales los franceses deberían escuchar la advertencia del profeta acerca de los males que le provendrán por las apetencias de ciertos Jefes de Estado extranjeros. Francia debería guardarse de que ello a su país no venga, pues habría terribles peligros en muchas comarcas, lo mismo que en la de Vienne, una de las más castigadas por los invasores. Pero, Francia no escuchará esta vez al profeta.


18º.- EL ÚLTIMO ANTIPAPA.

VI – 93
Prelado avaricioso de ambición engañado
Nada será más que lo que demasiado vendrá a cuidar:
Sus mensajeros, y él bien atrapado,
Todo al revés ver quien la leña cortar.

Nostradamus está describiendo sin la menor duda a Juan Pablo II, el Papa ya fallecido y Pontífice desde 1978. Prelado avaricioso, ciego de ambición, para el que nada será más importante que lo que vendrá demasiado a cuidar, su protagonismo personal: Sus mensajeros serán muertos en diferentes lugares del mundo, y él será atrapado por la muerte, después que haya cambiado las creencias de tal modo que, hasta el más humilde leñador, lo verá todo al revés.






19º.- UN LUGAR DE RECREO PARA EL IMPOSTOR.

II – 28
El penúltimo del sobrenombre del profeta,
Tomará el Vaticano por su día y reposo:
Lejos vagará por frenética cabeza,
Y pariendo un gran pueblo de impostores.

En el tiempo de su Pontificado, Carol Wojtyla, el penúltimo de los Papas con el sobrenombre de los profetas Juan y Pablo, viajará de forma tan constante que sólo utilizará el Vaticano para sus días de descanso: Lejos vagará, a todos los lugares del mundo, impulsado por su frenética cabeza y su afán de protagonismo, haciendo nacer en sus convocatorias de grandes multitudes un gran pueblo de impostores, que verán un dios en su persona.


20º.- LA FALSA SANTIDAD DE CAROL WOJTYLA.

VI – 48
La santidad demasiado fingida y seductora,
Acompañada de una lengua discreta:
La ciudad vieja, y Parma demasiado prematura,
Florencia y Siena quedarán más desiertas.

En su tiempo de Pontificado y gracias a su poder de convocatoria de masas, Juan Pablo II ha engañado a muchos con una aparente santidad fingida y seductora, que ha sido acompañada de una lengua políglota y discreta: Dentro de poco y bajo el gobierno de su sucesor, la vieja ciudad, Roma, y Parma, serán asoladas de forma demasiado prematura, mientras Florencia y Siena quedarán más desiertas aún a causa de terremotos y guerras.


21º.- CONTACTOS EXTRATERRESTRES.

VIII – 69
Cerca del joven, del viejo, el Ángel bajará,
Y le vendrá sobrepujar ante el fin:
Diez años iguales a los más viejos rebajar,
De tres, dos, uno octavo serafín.

En las últimas décadas del siglo XX y comienzos del Tercer Milenio, las apariciones de Extraterrestres serán frecuentes y el Ángel de antaño cerca del joven y del viejo bajará y les vendrá a fortalecer ante la cercanía del Fin de los tiempos: Tiempos en los que habrá hechos iguales a los diez años de los viejos conflictos mundiales, con los que el censo del mundo se rebajará. De los tres “ayes” apocalípticos, las Guerras Planetarias, pasados dos, quedará uno, bajo el octavo Papa, cuando el serafín hará sonar la séptima Trompeta y romperá el séptimo sello.


22º.- MASIVA MANIFESTACIÓN EXTRATERRESTRE.

I – 91
Los Dioses harán a los humanos aparición,
Lo que ellos serán autores de gran conflicto,
Antes Cielo visto sereno, espada y lanza,
Que hacia mano izquierda será más grande aflicción.

Dentro de poco los Extraterrestres, Dioses y Ángeles tradicionales, harán a los humanos una masiva aparición, con lo que Ellos serán autores de un gran conflicto, pues muchos quedarán asombrados y otros despavoridos. Esta manifestación se realizará en un cielo sereno, en el que antes habrán actuado las armas, que hacia el Oeste de Europa, será más grande la aflicción.


23º.- TIEMPOS DE ESPANTO Y 2ª VENIDA DE JESÚS.

X – 72
El año mil novecientos noventa y nueve siete mes,
Del cielo vendrá un gran Rey de espanto:
Resucitar el gran Rey de cuna Angélica,
Antes, después Guerra, reinar en buena hora.

Correrá el año 1999, mes de julio, cuando el mundo estará lleno de espanto pensando en la venida de un gran peligro del cielo, en forma de asteroide, artefacto espacial o un terrorífico Rey, en vísperas de un gran eclipse total de sol que habrá en el siguiente mes de agosto: No ocurrirá nada y el único gran Rey que vendrá en un tiempo ya muy cercano será de cuna Angélica, Jesús, el Hijo del Hombre. Antes y después de su venida habrá guerra, y luego reinará con su pueblo en buena hora, cuando la vieja y caduca Humanidad actual sea sustituida por otra con valores espirituales más avanzados.





24º.- ATENTADO CONTRA LAS TORRES GEMELAS.

II – 35
En dos edificios hasta de noche el fuego prenderá,
Muchos dentro asfixiados y quemados:
Cerca de dos ríos para sólo él llegará:
Sol en Sagitario, y Aries todos estarán amortiguados.

El día 11 de septiembre del año 2001, los norteamericanos serán sometidos a una terrible prueba. El World Trade Center será objeto de un atentado terrorista y las dos Torres Gemelas se desplomarán cuando sendos aviones de pasajeros se estrellen contra ellas dirigidos por terroristas árabes. En los dos edificios hasta de noche el fuego durará y muchos morirán dentro aplastados, asfixiados y quemados: Esto tendrá lugar en la isla de Manhatan, flanqueada por dos ríos y será un duro golpe que sólo para el Estado norteamericano llegará. También será un fuerte impacto para la Humanidad cuando más adelante, el final llegará para muchos en Afganistán y en Irak: El Sol estará en Sagitario y cuando llegue a Aries, todos estarán amortiguados por la muerte.

José García Álvarez
“¡Nostradamus Despierta!”
jogalvarez@telefonica.net

MENSAJE PARA LOS 144.000 ELEGIDOS

MENSAJE PARA LOS 144.000 ELEGIDOS
A vosotros, hijos de la Nueva Galilea de los Gentiles, quiero deciros, al final de esta obra terminada, que habla de un futuro que con rapidez se acaba, que ahora vuelve del espacio, una vez las moradas preparadas, Aquél que os hiciera su promesa. Antes vino por Amor y ahora lo hará por la Justicia. No importa si demasiados le odian, o le ignoran... : son los ciegos. Que aún no saben salir de su mundo de tinieblas.
En estos tiempos en los que el fin ya se vislumbra, poco importa lo que se os niega, si El tanto os ofrece. Levantad la cabeza, que es el momento de acudir al parto venturoso : primero el dolor, después el gozo, por haber dado al mundo un hombre nuevo...Mirad al Sol que, cada día, más promesas os traerá con su misterio. Y también porque, cada día, siempre es nuevo y libre. ¡Cuántas cosas podremos descubrir si lo miramos ! Mirémosle bien, porque quien fija la atención encuentra al Padre, el Padre Celestial que nos encuentra a todos en el mismo océano: cada uno de nosotros es como un río...
Este es el tiempo de la Parusía. El mensaje que ahora Jesús nos trae es imperecedero, porque reside en el encuentro y no en la búsqueda. El nos dijo y escrito está : ¿Quién de vosotros, con su inquietud, puede añadir un codo a su estatura ? No os inquietéis, pues, y tened confianza en la espera, puesto que sabéis que ninguno de nosotros crece con la inquietud, sino con la respuesta.
Mirad también a las dulces aves que surcan el cielo: el poder de su vuelo reside en el dominio del aire que está a cada instante bajo sus alas. Mirad el nado del pez: su fuerza y secreto reside en el dominio que tiene sobre el agua que, en cada instante, le rodea. Miremos bien todos, ahora, que la pureza de nuestros espíritus y acciones, reside en el dominio que, sobre el medio de nuestro alrededor, podamos ejercer en cada instante. Lo que fragua y purifica nuestro ser es la intensidad de nuestro fuego de amor interior. Y así, seremos como el más brillante metal.
Es la certeza de cada momento que nos rodea, y de nuestra condición, lo que hace que crezcamos en armonía, y nos convirtamos en lumbreras de este mundo que agoniza. Porque “conversión” significa, de por sí, sacar de una esencia una gran obra. El mensaje de Cristo tiene como base expresarnos lo que es el caminar por esa senda. Que la certeza tiene su raíz más profunda, no en los anhelos particulares de cada uno de los que aquí estamos, sino más ciertamente, en las realizaciones que puedan permitirnos el encuentro con la Nueva Tierra.
Mirad bien, que en Amor debemos movernos y sentirnos Amor en la Esperanza, pues nos traerá alegrías y bienestares no basados en la satisfacción de la materia, sino en el sacrificio que después hará brillar la Luz. Ahora, deberemos morir cada día, porque así, cada día naceremos, y el niño que nace es joven, vital y lleno de energía poderosa.
Hubo tiempos pasados en que todo hombre no tenía tan grata posibilidad de adquirir tanto conocimiento...Y, ahora que la hay, pocos son los que se mueven internamente y trabajan en lo externo por Amor. Y muchos son los que trompetean...
Esta es la época que el Maestro nos anunció: LA DE LA ESPADA . Porque muchos que fueron reprimidos por su ignorancia, se vengarán de éstos que no aprovecharon los tiempos de ocasión que ya pasaron, mientras otros sí captaron el silencio y en él se hicieron piadosos y sabios. Ellos no se vengan ni adulan: callados, actúan. Nadie del mundo los conoce, pero, pronto, brillarán como bengalas.
Mucho es lo que pretenden saber los hombres de este mundo, pero, poco saben de lo que es nuestro. El buen árbol da fruto sano y limpio, pero, el árbol marchito, nada da. Por sus frutos, ya los conocéis. Tened paciencia, que en sus males morirán. No llenéis como ellos la mente, porque entonces el corazón se hará pequeño. En cambio, sed corazón, todo corazón, y seréis UNO como Cristo es UNO. Manejad los latidos de la vida y calmaréis tempestades. No por mucho conocer del corazón, aumenta el ritmo de sus latidos, sino por SABER y ENTENDER del corazón: del propio y no del ajeno. Porque el mejor panadero da lo que sabe que él mismo necesita: BUEN PAN.
Contemplad los frutos que hoy se observan en la obra impía. Ved el fruto que ha dejado la labor del Maestro de Maestros, que es la nuestra. Miradlo: porque si mucho es lo que se ha cambiado y mal utilizado, después de todo, sólo lo que es del Padre, perdura. Seamos, pues, del Padre, y seamos todos como ese Sol que amanece con fuerza y llega a su cenit con infinita belleza, estando, en su apogeo, con Luz y Humildad.
Felices aquellos que en la Paz, esperan. Bienaventurados sean.
José García Álvarez
Ovni Rama http://www.telefonica.net/web/ovnirama

DISCURSOS APOCALÍPTICOS DE JESÚS

DISCURSOS APOCALÍPTICOS DE JESÚS
Por: José García Álvarez
"Ahora, han vuelto a ser perseguidos como en tiempos ya pasados, pero son mis sandalias y estandartes. Yo deposito de nuevo en ellos mi confianza y allí donde estén, iré. Les daré ánimo, paz y empuje, para terminar su trabajo. Pronto, muy pronto, será lo que ha de ser y pasará lo que ha de suceder". (Jesús)
Mucho antes de que Juan escribiera su Apocalipsis en la isla de Patmos, y en los últimos días de la predicación de Jesús el Cristo, éste revelará a sus discípulos una serie de hechos futuros que sucederían al final de esta Generación. El objetivo de estas manifestaciones era que estuvieran preparados y alerta para no dejarse sorprender por los acontecimientos que sucederían en vísperas del cambio de Ciclo del planeta Tierra.
Estas revelaciones están contenidas en los Evangelios. Con una transcripción parecida en los de Mateo, Marcos y Lucas. El de Juan no contempla este discurso, pero sí la promesa de los Consoladores, los Espíritus de la Verdad, que ya han manifestado su presencia en los tiempos actuales, y sobre todo, en las últimas décadas, han recordado a los seguidores de Cristo todo lo que Él dijo, guiándoles a toda la verdad y anunciándoles las cosas venideras. También han argüido al mundo con respecto al pecado, a la justicia y al juicio. Pero, el mundo no ha querido escuchar, reflexionar y rectificar, y sólo unos pocos han creído que estos “Abogados” sean los Ángeles Extraterrestres.
Los Discursos Apocalípticos de los Evangelios confirman las vicisitudes postreras de esta Humanidad decadente, reflejadas por Juan en su libro profético, y la mayoría de las profecías predichas por Jesús ya se han cumplido. Sólo quedan unas pocas, prontas a realizarse, en el inmediato porvenir.
La interpretación global:
Es evidente que, cuando Jesús les dijo que no quedaría piedra sobre piedra del templo de Jerusalén, sus discípulos quedaron intrigados. Prueba de ello es, que algunos de ellos aprovecharon un aparte para preguntarle al Maestro, cuándo sucedería eso y cuál sería la señal de su venida y del fin del mundo.
Jesús amaba mucho a sus discípulos, y sabiendo que todos ellos iban a reencarnar en el siglo XX, no quería que ninguno se perdiera porque alguien lo engañara, como sucedería con muchos. Les dio, pues, una serie de señales e indicaciones, correspondientes a unos hechos ubicados en los Tiempos Finales, y en las vísperas del final del Ciclo de este planeta. En las fechas en que se revisan estas líneas, ya han sucedido casi todos, y los pocos que quedan, están prontos a suceder.
Véanse los hechos predichos como señales y su correspondencia en el devenir de este siglo, próximo a terminar:
1ª SEÑAL: “Oirían hablar de guerras y se levantarían pueblo contra pueblo y reino contra reino”.
Ya han tenido lugar guerras grandes, guerras pequeñas, otras muchas de entidad menor, de las que apenas hay rumores, porque los medios informativos no las consideran importantes para su audiencia o los reporteros no pueden llegar o informar, pero que no dejan de producir multitud de víctimas cotidianamente.
Es verdad que la guerra, desgraciadamente, ha sido frecuente en toda la historia de la Humanidad, pero, también es cierto, que en el transcurrir del tiempo, este disparate sangriento ha ido aumentando en cantidad, intensidad y generalidad. El deseo acuciante de este espécimen loco y homicida ha sido, permanentemente, el de poseer armamentos cada vez más mortíferos, sofisticados y totalmente eficaces, para hacer más grandes a los enemigos las destrucciones y mortandades.
En el siglo XX, el progreso tecnológico ha conseguido un salto espectacular en la capacidad bélica de matar y destruir. Ahí están las dos Guerras Mundiales, de 1914 y 1939, para demostrarlo. Dentro de este drama secular planetario, donde aniquilar bélicamente al prójimo se ha convertido en una práctica habitual, se marca un hito, de ninguna manera permisible por la paciencia cósmica, cuando, en 1945, uno de los espíritus satánicos que lidera una de las cabezas de la Bestia, el presidente Truman, decide el lanzamiento sobre Hiroshima y Nagasaki, dos indefensas ciudades japonesas, de un nuevo armamento terriblemente devastador: la bomba atómica. Las llagas eternas de estos holocaustos, marcan el comienzo del tiempo humano, en el que esta generación perversa ya tiene el poder aniquilador suficiente para destruir la célula del Cosmos en la que habita y perjudicar seriamente a las otras que la rodean. Y eso, no puede aceptarlo, ni puede consentirlo la Justicia Divina. Hasta entonces, “aún no era el fin” de esta humana gente, según las palabras de Cristo a sus discípulos, pero, a partir del estallido nuclear, comenzó el devenir de su final.
Después de la Segunda Guerra Mundial, el rugido de las armas no ha dejado de sonar, “levantándose pueblo contra pueblo y reino contra reino”. Hasta llegar al año 2.004, mucha sangre se ha derramado en la 2ª mitad del siglo XX y comienzos del XXI, en los suelos griegos, coreanos, centroamericanos, vietnamitas, afganos, libaneses, iraníes, iraquíes, soviéticos, palestinos, egipcios, sirios, etíopes, somalíes, malvinos, bosnios, entre otros muchos. Multitud de conflictos, de mayor o menor tamaño, más o menos conocidos por la opinión pública, originados por problemas entre países colindantes, por enfrentamientos religiosos, por motines raciales, por reivindicaciones territoriales, por deseos independentistas o por supuestas “limpiezas étnicas”. Con crueldades psicológicas increíbles. Y todavía habrá más “levantamientos de unos contra otros”, como dijo Jesús, que desembocarán, irremediablemente, según se ven las tendencias y contemplan las profecías, en una Tercera Confrontación Planetaria a corto plazo, de terribles consecuencias, y que agotará la paciencia de Dios. Como dice cierto refrán: “a la tercera va la vencida”. El hombre insensato de este mundo desdichado tendrá que enfrentarse a los efectos que ha producido con su proceder equivocado. Y ese será su fin.
2ª SEÑAL: “Vendrían muchos usurpando el nombre de Cristo y engañando a muchos”.
Así ha sido. El siglo XX los ha contemplado a centenares. Numerosos han surgido en todos los rincones del mundo, encabezando sectas, fundaciones, comunidades, doctrinas variopintas y pseudoreligiones. Algunos produciendo espantosas masacres, asesinatos o suicidios colectivos, que han horrorizado al mundo. Otros, influyendo sobre las mentes, sobre las conciencias, sobre las economías de millones de incautos que han caído en sus redes satánicas, convirtiéndose en simples marionetas de sus fines inconfesables. Los falsos Mesías han pululado, aún pululan y durante ya poco tiempo pulularán sobre la tierra, montando escenarios con grandes farsas y espectáculos aparentemente prodigiosos, concentraciones y aglomeraciones de masas, con los que han captado y captarán grandes cantidades de adeptos a los que seguirán engañando y lavando el cerebro hasta el último día.
Llegado un momento determinado, cae la careta, y los prosélitos, descubierta la impostura, han comprobado y comprobarán que son farsantes, no teniendo ya a qué aferrarse. Sobre todo, los seguidores del Falso Profeta, con mayúscula, que pronto mostrará su verdadera cara. Pero, ¡bien!, porque así aprenderán.
Cristo sabía de su facilidad de palabra y su poder de sugestión. Por ello, alertó a sus discípulos, haciéndoles ver que, en su última reencarnación al final de los tiempos, cuando estarían esperando Su llegada, deberían estar vigilantes y no confundirse, pues muchos impostores pretenderían hacerse pasar por Él. Como precaución, no debían ir a ningún lugar donde les dijeran que Él estaba, ya que su venida sería inconfundible, fulminante y esplendorosa, como después se verá, tras las señales anunciadas.
3ª SEÑAL: “Habría hambre y terremotos en diversos lugares”.
Basta con echar mano de las estadísticas, para comprender que esta 3ª señal ha sido y es de una operancia innegable en estos tiempos apocalípticos. Desde los comienzos de este siglo, por culpa de las guerras, de la sequía, de las plagas, de la superpoblación, del acaparamiento egoísta de los países ricos en perjuicio de los pobres, el hambre ha ido creciendo por todo el planeta. A tal extremo ha llegado la escasez que, a finales de los años 80, se calculó que en el mundo sólo quedaban existencias de cereales para 58 días. China, por ejemplo, padecía una sequía terrible, y contemplaba la posibilidad de que el hambre se extendiera por todo el país. En la Europa del Este y Rusia se racionaban los alimentos y Estados Unidos perdió un tercio de sus cosechas.
En Latinoamérica, en la mayor parte de Asia y África, hace tiempo que las hambrunas son endémicas. Se calcula que 60 millones de personas murieron de hambre a comienzos de los años 90, y que, ahora, finalizando esa década, cada día mueren 40.000 bebés en los países subdesarrollados, por falta de alimentos. Y esto no es nada, comparado con los índices que habrá en los años venideros, tras haber estallado la Tercera Guerra Mundial.
En cuanto a los terremotos, se ha ido registrando en estos Tiempos Finales una creciente actividad sísmica. Y los temblores han ido ganando en intensidad. Desde 1950 a los días que corren, la cifra de grandes terremotos, de índices superiores a 6 grados en la escala de Richter, casi se han triplicado con respecto a los producidos en la 1ª mitad del siglo XX.
Después del terremoto de Agadir, en Marruecos, con 10.000 muertos, el de Chile con 7.000 víctimas, ambos en 1960, y el de Turquía, de 1.966, con cerca de 6.000 muertes, en los últimos 30 años, se han registrado en el mundo cerca de 40 de los llamados “seísmos asesinos”, causantes de más de un millar de víctimas. Al de mayo de 1970, devastador de la región peruana de Chimbote, que, con una magnitud de casi 8 grados, mató 70.000 personas, le siguió el de Guatemala, en febrero de 1976, con 7 grados y medio y la muerte de 25.000 habitantes. Tras el de mayo, en la región italiana de Friuli, con miles de muertos, decenas de miles de personas sin hogar y pérdidas materiales de cien mil millones de dólares, en julio de ese mismo año, un gigantesco temblor, de casi 9 grados de índice, destruyó una amplia región de China, causando cerca de un millón de muertos, y en noviembre, Turquía también sería probada, con un saldo de más de 5.000 víctimas mortales. En 1977 hubo terribles temblores en Rumania, en Japón, en Irán, en Europa Oriental y en Guadalcanal (Islas Salomón), con saldos elevados de víctimas. Irán padeció un terremoto de 7’7 grados en septiembre de 1978, con una cuenta provisional de más de 25.000 muertos. Los años sucesivos registraron movimientos importantes en diversos lugares del globo, hasta que, en septiembre de 1985, un violento seísmo de 7’9 grados, que afectó a México capital, causó más de 20.000 muertes y gravísimos daños materiales. Más tarde, en diciembre de 1988, Armenia se vio sacudida por un fuerte temblor de más de 7 grados, que mató cerca de 70.000 personas. Otra vez Irán, en 1990, vio perder la vida a 55.000 seres humanos, tras un seísmo de 7’8 grados, tras una cadena de 2.500 temblores en una semana, habidos en el Japón el año anterior, como una repetición de los 17.000 terremotos menores habidos en suelo japonés, en 1988, en el espacio de 48 horas.
En la década de los 90, la tierra no dejó de temblar, y muchos lugares conocieron los efectos de sus sacudidas, como Pakistán, China, India, Egipto, Nicaragua, Colombia y Turquía. Ayer, 24 de febrero del 2.004, tuvo lugar el de Alhucemas, terrible desastre entre otros que han dejado sentir su potencia en los primeros años de este tercer Milenio. Y todo esto no ha sido “nada más que el principio de los dolores”. En los días que restan para el final de esta Generación, se incrementarán los temblores devastadores, alcanzando algunos, magnitudes increíbles en la escala de los grados, como los que arrasarán la región de Los Ángeles, San Francisco, Nueva York y otras populosas ciudades, con la muerte masiva de millones de seres. De aquí a poco, se producirán los terremotos más grandes que jamás se hayan visto.
Indudablemente, el Cristo dio a sus discípulos unas señales muy claras.
4ª SEÑAL: “Habría también pestes, apariciones terroríficas y en el cielo grandes prodigios”.
La peste es una enfermedad epidémica que causa gran mortandad. Esto es sabido. Al aludirla en plural, Jesús indicó, sin duda, la proliferación de enfermedades infecciosas en los tiempos finales, como una más de las señales a tener en cuenta por sus discípulos.
Es ostensible que, en la 2ª mitad del siglo XX, el mundo se ha ido dirigiendo, paulatinamente, hacia una crisis de la salud pública, y sobre todo en los últimos 25 años, han aparecido más de 40 enfermedades nuevas, como el ébola, el SIDA, diversas clases de hepatitis y diferentes virus potencialmente mortales, además del resurgimiento de antiguas enfermedades infecciosas como el cólera, la tuberculosis, la difteria, la malaria y otras. Y lo peor es que, prácticamente, la mayoría de los agentes patógenos son resistentes a los tratamientos con medicamentos e incluso, a algunos antibióticos.
Según algunas estadísticas, totalmente fiables, en 1995, por ejemplo, de los casi 60 millones de muertes ocurridas en el planeta Tierra por diferentes causas, más de una tercera parte fueron provocadas por esas “pestes”. La comunidad internacional, que en las décadas anteriores había llegado a una complacencia fatal, guiada por el optimismo de que muchas de esas enfermedades infecciosas podrían ser controladas muy fácilmente, se encuentra ahora, en el año 2.004, con el hecho inquietante de que, las enfermedades emergentes, amenazan seriamente la salud de esta Generación.
Cristo lo señaló y ahora el tiempo lo ha confirmado. Es un hecho tan real e innegable en los días que corren, como las “apariciones terroríficas” y los “grandes prodigios” en el cielo. Porque, es evidente que esta generación actual está viviendo acontecimientos y viendo manifestaciones jamás vistos ni vividos antes por la Humanidad. Sólo es preciso conectar el televisor o recurrir a otros medios de información, para comprender que ésta es la época de las visiones terroríficas, con el culto a las escenas que consagran la violencia, el terror, el crimen, las drogas, la delincuencia, el odio, la deshumanización, la degeneración generalizada y la inversión de todos los valores morales y éticos. Hoy existe el predominio de todo lo que siempre ha aterrado al ser humano, fomentado por una ciencia sin consciencia, ni conciencia, que ha extendido su jurisdicción hasta el mismo cielo, donde los “prodigios” de la técnica, con sus ingenios científicos, han iniciado el dominio del espacio con la intención malsana de agredir a la Tierra. Y es que, como dijo el Maestro de Maestros, “la maldad creciente ha enfriado la caridad de los más”.
Sin duda, los discípulos de Jesús han podido comprobar ya esto que Él dijo entonces. Como saben también que “el que persevere hasta el fin, ése se salvará”.
5ª SEÑAL: “Ellos serían perseguidos, torturados, muertos y odiados por todos los pueblos, por ser verdaderos cristianos”.
Eso, también se ha cumplido. Como los que antes fueron, ahora son, durante décadas, desde el comienzo de los tiempos apocalípticos, los discípulos reencarnados del mismo Maestro de antaño, el Cristo, han seguido haciendo lo que Él les enseñó. Esta quinta señal, que Él les dijera, la han comprobado en sus propias carnes. Les han perseguido, mofado, ridiculizado, escarnecido, negado su Verdad. Muchos de ellos han sido y serán torturados; otros, muertos y odiados por todos a causa de que sus palabras irán en contra de los intereses mezquinos de los que se complacen en ser ciegos y sordos.
Todos los Justos han sido víctimas de todo tipo de persecuciones, incluso por parte de sus familiares y amigos más allegados. Muchos, como el Profeta de Sicilia, Eugenio Siragusa, el nuevo Apóstol de los tiempos postreros y embajador sublime de los Extraterrestres Angélicos, calumniado, encarcelado y vituperado, sólo por extender el Amor y la Verdad. Otros morirán, como los dos Testigos gloriosos del Señor, asesinados por la sola causa de regalar el Bien y difundir la necesidad de rectificación ante el Final que se aproxima. Pero, pronto, Dios testimoniará de ellos, y tendrán que reconocerlo todos aquellos que no han creído, se han mofado o los han perseguido. Ellos son, como entonces fueron, sandalias y estandartes de Cristo, y allá donde estén Él irá a buscarles y serán con Él, UNO, en el camino. Pronto, muy pronto será lo que ha de ser, y pasará lo que ha de suceder.
6ª SEÑAL: “El Evangelio se predicaría en el mundo entero, en testimonio para todas las naciones, y entonces vendría el fin”.
Esta señal también se ha cumplido. La Biblia, conteniendo los Evangelios, es el libro más extendido por el mundo en los años transcurridos durante el siglo XX, especialmente en su segunda mitad. Es raro que quede sobre la tierra un solo lugar donde no se conozca la Buena Nueva de la próxima instauración del Reino de Dios sobre la Tierra. Y si aún lo hay, no tardará en llegar un misionero con su texto evangélico bajo el brazo.
Como también han llegado los mensajes de los Consoladores, los Abogados del Cielo, amonestando sobre el pecado, la justicia y el Juicio, vía Eugenio Siragusa, el gran profeta y mensajero de Sicilia, que, con su movimiento mesiánico “Fraternidad Cósmica”, durante las últimas décadas de este siglo, ha hecho llegar la Verdad cósmica, y toda la Verdad evangélica, hasta los más recónditos rincones de este orbe, mediante sus famosos Boletines, plenos de sabiduría universal. Esto, antes de ser perseguido y maltratado por la inducción de los que son lobos bajo la piel de cordero.
Los hombres de esta Humanidad, ciega, sorda y descreída, ya no podrán decir “No lo sabía”.
7ª SEÑAL: “Habría señales en el Sol, en la Luna y en las estrellas”.
Será la última señal que tendrán como referencia sus discípulos, antes de la inmediata venida de Jesús. En el tiempo en que estamos, es ya un hecho inminente. Transcurriendo el desarrollo de la última gran prueba para la Tierra, la Tercera Guerra Mundial o tercer ¡Ay! apocalíptico, que producirá una tribulación tan grande como no la hubo desde el principio del mundo hasta ahora, ni la volverá a haber. Llegarán en fechas próximas a ser tan altos los niveles de angustia y exterminio, que si el Señor no acortara los días venideros, nadie se salvaría; pero, en atención a los Elegidos, lo hará.
El Sol se pondrá negro como un saco de crin, la Luna entera como sangre, y las estrellas del cielo caerán sobre la tierra, como una higuera suelta sus higos verdes, cuando es azotada por un viento fuerte. Eso dice Juan, en la apertura del 6º Sello de su Apocalipsis. Y eso dijo Cristo a sus Apóstoles. Ambas luminarias perderán su resplandor y artefactos espaciales caerán sobre la superficie del planeta, antes de que el mapa del cielo cambie su panorámica y sus columnas se tambaleen después, cuando el Eje de la Tierra varíe su posición. En el momento que los discípulos vean todas esas cosas, en un tiempo ya próximo, sabrán que su Maestro Jesús ya está muy cerca, a las puertas. La tierra y el cielo ofrecerán otra vista diferente en el momento en que acabe esta generación, y sus anteriores estructuras pasarán al recuerdo, pero las palabras del Hijo del hombre no pasarán. Todo tendrá cumplimiento.
Bien, aparte de estas 7 grandes señales, totalmente identificables en el devenir de este tiempo, hay otros 7 signos o avisos dignos de tener en cuenta, completamente actualizados, o casi, a saber:
Se escandalizarán muchos ante la corrupción generalizada en todos los sectores de la sociedad: la política, la banca, las religiones, el deporte, las inmoralidades de famosos, los adulterios de grandes figuras, etc. Muchos se traicionarán y se odiarán mutuamente. La traición y el odio están ya a la orden del día, de manera mutua y generalizada, en todas las parcelas de las relaciones sociales. Odios y traiciones entre razas, países, familias, esposos, amigos, socios, partidos y empresas... Se verá a Jerusalén rodeada de ejércitos enemigos que causarán su desolación. Sucederá pronto. La abominación desoladora, predicha por el profeta Daniel, estará instalada en el lugar santo. ¿Qué mayor abominación puede haber que la cometida por aquél que, siendo reencarnación de Satán, se quiere hacer pasar por Cristo, por el mismo Dios? Pronto se verá. Se oirá el clamor y la angustia de las naciones, inquietas por el estruendo del mar y de sus olas, expirando de terror y de ansiedad los hombres por lo que le sobreviene al mundo. Entregarán a la muerte hermano a hermano, padres a hijos e hijos a padres. ¿Qué decir de los fratricidios, parricidios e infanticidios tan frecuentes en los días de hoy, los abortos con los que los padres matan a sus hijos, la eutanasia con la que los hijos ponen fin a la vejez de sus padres? ¿Acaso no es un hecho cotidiano ya? En aquel tiempo, las mujeres encinta serán desdichadas. Ese “aquel tiempo” es hoy, cuando los hombres perversos han edificado desventuras que destruyen la vida ya desde su comienzo. Porque han saturado el aire de venenos y contaminado de tal modo el agua y la tierra, que ya les falta la pura fuerza vital. Porque las simientes de los hombres han sido degeneradas por dinamismos negativos, y en el vientre de las mujeres ya no existen los adecuados equilibrios naturales de la fecundación, capaces de crear y edificar la salud del cuerpo y la inmunidad contra los males, que, genéticamente, se transmiten de padres a hijos, ampliándolos cada vez más con cínica irresponsabilidad. Porque las drogas y todas las aberraciones que se practican han debilitado las estructuras portadoras de la vida, identificada con la Inteligencia Creadora, a quien los hombres llaman Dios.
Por esta última señal, por este crimen abominable, y sólo ya por éste, esta generación merece desaparecer y ser sustituida.
Estamos viviendo ya el conflicto terminal de Palestina, en plena efervescencia de “Paz y seguridad”, que cada día más se desvanecen, hasta que, de pronto, sobrevendrá la ruina, como en su día anunciara Pablo. En fechas ya muy cercanas los israelitas andarán muy trastornados, porque serán días de venganza para que se cumpla todo lo que está escrito.
La primera pregunta de los Apóstoles: “¿cuándo ocurrirá esto?”, queda contestada por las señales anteriores, la mayor parte de las cuales ya las han podido contemplar, los discípulos vivientes hoy sobre la tierra.
La segunda pregunta: “¿cuál será la señal de tu venida y del fin del mundo?”, marca el momento culminante, al final de las tribulaciones ya nombradas, tras el defecto luminoso apreciado en el Sol y en la Luna. Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del hombre, La Cruz (no somos pocos los que ya hemos visto cruces luminosas en diversos lugares de los cielos del mundo), y muchos serán los que darán gracias a Dios, y más aún los que quedarán absortos de estupor, sobrecogidos de terror. Y, unos y otros, verán al Hijo del hombre venir sobre una “nube” (léase nave) con gran poder y majestad, en una aparición llena de gloria y esplendor. Cientos y cientos de naves tripuladas por Seres Angélicos (a los que tantos llaman Alienígenas) acompañarán a Aquél cuyo Reino no es de este mundo, que ya habrá dado el aviso por medio de sus Ángeles Extraterrestres, para reunir a todos los Elegidos que se encuentren bajo todos los cielos del mundo.
Aunque es verdad que Cristo dijo que el día y la hora exactos de esta venida sólo el Padre los sabía, nada hay escrito sobre que nadie pudiera saber la época: ÉSTA. En la que va a suceder lo mismo que en los tiempos de Noé, en los días que precedieron al Diluvio. Ya estamos, como quien dice, “con el agua al cuello”, y sólo se piensa en el disfrute desordenado de los placeres de la materia. Y los seres inconscientes e irresponsables de esta generación no se darán cuenta, hasta que la venida de Jesús les cogerá por sorpresa, y ya será tarde. Luego vendrá el llanto y el crujir de dientes.
Así se dijo, así está escrito y así será.
Los Consoladores:
Cristo reveló claramente a sus discípulos, que en la Casa del Padre, el Cosmos, había muchos lugares habitados, muchas moradas donde poder vivir, y que Él iba a dar las instrucciones para que fuera preparado el sitio al que serían llevados los Elegidos, por medio de la gran cosmonave “La Nueva Jerusalén”, una vez que, tras los acontecimientos derivados de la alteración del Eje terrestre, el planeta Tierra permanecería un tiempo, inhabitable.
Antes de que este desenlace tuviera lugar, Él rogaría al Padre para que les enviara un grupo Consolador, un conjunto de Abogados defensores celestiales, que estarían protegiéndoles, ayudándoles, enseñándoles y aconsejándoles siempre, hasta el final, y cuyas enseñanzas el resto del mundo no podría recibir, pues, ni creerían en su existencia, ni estarían preparados para ello.
Estos Defensores, Guías o Maestros Cósmicos, les enseñarían todas las cosas que antes no había sido posible, porque no tenían la preparación suficiente para poderlas asimilar, y les recordarían todo aquello que Él, Jesucristo, les había dicho, reconfortándoles y dándoles constante ánimo, sobre todo en aquellos momentos en que las pruebas les serían muy difíciles de superar por su dureza. Pruebas que vendrían, en su mayoría, de un mundo que les odiaría como le habían odiado a Él, puesto que, como Él, no pertenecían a ese mundo, que sólo les hubiera acogido y estimado si hubieran tenido una línea de conducta similar a la de la mayoría de sus moradores.
Los Abogados Celestiales o Consoladores enviados por el Padre Creador, a los que el mundo ha llamado y llama “Extraterrestres, Alienígenas o Marcianos”, han dado testimonio de lo dicho por Cristo, década tras década, en estos Tiempos Finales y todos, sin excepción ni excusa, han escuchado sus palabras, transmitidas por el incansable siciliano Eugenio Siragusa. Han amonestado a los moradores de la tierra por haberse olvidado del Padre Creador y haber caído en el pecado. Han advertido de la proximidad de la Justicia Divina y de la inminencia del Juicio Final, en el que todos serán juzgados por sus obras, incluyendo al Príncipe de este mundo, Satanás, y a sus secuaces. Y han fortalecido, amado e instruido (aún lo hacen y lo harán) a los auténticos hijos de Dios, guiándoles hasta la Verdad completa, y anunciándoles las cosas venideras.
Como siempre, se cumple lo dicho por Cristo. Sus discípulos, vivientes en estos tiempos de agonía planetaria, lloran y gimen, mientras el mundo goza. Sus Almas se entristecen al contemplar tanta maldad; pero, pronto, su tristeza se cambiará en alegría: Cuando verán venir a su Señor.
Aquel día, ya no le preguntarán nada a su Maestro, porque tendrán todas las respuestas.
Que la Paz sea con todos vosotros.
José García Álvarez Pulpí - España
http://www.telefonica.net/web/ovnirama/

MENSAJE MARCIANO

MENSAJE MARCIANO
MASAR a SARAS
(Desde Marte) a (La Tierra)
Mientras el ojo terrestre escudriña con ansia la superficie del Planeta Rojo, la Voz de los Hermanos Superiores de Marte llega sobre nuestro planeta, e Ithacar, su supremo representante, para la superior unión de los mundos confederados, hace de portavoz de su pueblo para los sabios, científicos e indagadores del planeta Tierra:
"Hijos de la Tierra: ¡ESCUCHAD!
El Oasis de Paz de nuestro Planeta ha sido perturbado por vuestros artefactos de primitiva construcción. Vuestra inconsciente y deletérea Obra Destructora está ensanchando de forma peligrosa su radio de influencia hacia las Superficies Exteriores de vuestra Atmósfera.
Ya muchas, muchas veces, tuvimos ocasión de constatar la perversa clase de muerte que engendran los monstruosos mecanismos que edificáis en vuestros laboratorios. Habéis edificado una prodigiosa combinación de mecanismos, para poder virtualmente comprender lo que en sí no resulta ser ni mecánico ni prodigioso, sino sencillamente y cualitativamente VITAL, o sea DINÁMICO y por tanto LEJOS DE TODA POSIBILIDAD VUESTRA DE INDAGACIÓN FÍSICO-QUÍMICA Y TÉCNICO-MECÁNICA.
Actualmente, ya en el año 2.008 de vuestra Era, vuestros valores científicos-astronómicos, como calidad conocedora, no son más que estructuras rudimentarias para indagar sobre temas, hacia los cuales todavía no sabéis proceder. Habéis orientado la indagación del Espacio Exterior sobre las mismas ineficaces estructuras mentales con las que realizáis la investigación de vuestro espacio interior. Procedéis sobre una línea exasperada y exasperante de una continua y neurótica acción de cuantización y de absurda relativización de lo que llega a vuestro conocimiento.
Estáis continuamente suspendidos en el primordial concepto, que os empuja perennemente y traspasa a vuestro nivel lo que respira en las SUPERIORES DIMENSIONES de la Vida, del Espacio y de la Energía. Estáis en la anhelante y casi histérica rebusca de una Vida Orgánica allá donde las estructuras orgánicas y genéticas ya han alcanzado aquel nivel de velocidad vibradora Dinámico-Orgónica, que ya no las muestra como vosotros buscáis, porque son cosmodinámicas y orbitan en el plano genético planetario de una estructuración dimensional DISTINTA de la vuestra.
Sabed, hijos de la ciencia terrestre, que las estructuras vitales de nuestro Pueblo han dejado de ser genéticamente tridimensionales ya desde aquel lejano tiempo en el cual la total destrucción del planeta MALLONA (mundo orbitante entre los planetas Marte y Júpiter destruido por una serie de conflagraciones nucleares producidas por la inconsciencia de sus habitantes) determinó la necesidad de una repentina construcción de las dos Lunas artificiales que hoy todavía orbitan alrededor de la masa de nuestro Mundo, y que vuestra ciencia ha denominado PHOBOS y DEIMOS.
El pueblo de Marte, en aquel tiempo, duramente probado por una catástrofe que determinó la desaparición de un tercio de su civilización, sufrió el traspaso vital evolutivo que todo planeta, en el tiempo de su Calvario, debe genéticamente superar. Mientras millones y millones de nuestros hermanos perecían en el remolino ardiente de la reacción hipertensiva-geológico-estructural que la explosión del planeta vecino había ocasionado, la Consciencia Vital de nuestro mundo programaba la regeneración de la RAZA marciana y el consiguiente salto cualitativo, que aquella dura selección había permitido.
La explosión física del planeta MALLONA, del cual las primeras colonias terrestres no son más que un residuo, en busca de una nueva patria, provocó la GRAN CATÁSTROFE que en nuestra historia es recordada como Origen del tipo actual de evolución que estamos conduciendo.
Uno de los tres continentes sobre los cuales, en aquella época, estaban establecidos nuestros Padres, sufrió la casi total destrucción, a causa de los meteoritos llegados del espacio y de las descompensaciones magneto-esféricas provocadas en el Anillo Vital del Geoide. El holocausto diabólico de una célula del Cosmos, destruida por la inconsciencia y la maldad, fue para nosotros, en virtud del Supremo Equilibrio de la Ley que todavía veneramos, un medio de dolor, y así pues, de purificación y de ASCENSIÓN EVOLUTIVA. La selección golpeó los elementos no adecuados para el nuevo ritmo que, desde aquel momento, el circuito magnético-vital del planeta había establecido, pudiendo así realizarse el nacimiento de una nueva Élite que determinó la Nueva Vida de nuestra Raza.
Desde entonces, el nivel vibratorio de nuestras estructuras vitales aumentó su Ritmo, hasta desarrollar nuestra materia sobre el plano de una Realidad invisible intangible para vosotros y vuestro espectro visivo, PERO NO POR ESO MENOS VITAL. A continuación, los Maestros Solares de nuestro mundo activaron al máximo las Potencias de DEIMOS, y la ya encarrilada Transmudación Genérico Espiritual de nuestras Estirpes fue ampliamente alimentada mientras nuestros mismos cuerpos físicos empezaron lentamente a hacer menor hasta la propia materialidad. Toda estructura atómica fue, pues, permutada y la Onda de Vida Marciana ingresó en un Plano Vital en el cual existe un total equilibrio entre Materia, Energía y Espíritu.
No os maravilléis, hermanos de la Tierra, si con vuestras arcaicas sondas no encontráis más que polvo y pruebas de antiguos residuos vitales sobre la desnuda superficie de la 3ª dimensión de Marte, en la cual nuestra Vida no se desarrolla más desde muchos milenios.
Es un amargo destino, hermanos nuestros, que exactamente vosotros, vosotros... LOS LEJANOS HEREDEROS DEL PUEBLO HOMICIDA QUE DESTRUYÓ SU PROPIA MORADA y provocó la purificación del nuestro, volváis ahora sobre vuestros pasos, y en un lento reacercamiento al Circuito Magnético de la Zona Límite de la cual escapásteis, y hacia la cual vuestro Karma os está nuevamente llevando (zona de asteroides), vayáis a parar sobre nuestro mundo a la obtusa rebusca de lo que habéis destruido.
Sabed, pues, buscadores de la Tierra, que lo que vosotros estáis fotografiando, escrutando, descubriendo y pisoteando NO ES MÁS QUE LA SOMBRA DE LA REAL VIDA DE NUESTRO MUNDO, y las trazas por vosotros encontradas, de primitivas formas de vida orgánica, demuestran la subsistencia de un ANTIGUO PROCESO VITAL FÍSICO que todavía está siguiendo el lento proceso de absorción dimensional. Orientad, científicos terrestres, vuestra atención especuladora sobre esos restos vitales y al final os daréis cuenta, decepcionados, de haber violado inútilmente una paz que no os pertenece. Haced vuestra esta Paz, haced vuestra la Potencia Vital del Espíritu, y nada más impedirá a nuestros pueblos, encontrarse y amarse en un único vértice de existencia.
Enormes y resplandecientes ciudades, paisajes dignos de vuestros sueños, y montañas, valles, ríos y mares de limpio cristal extienden el propio fulgor sobre la superficie de nuestra Patria... ¡PERO VUESTROS OJOS DE POLVO NO OBSERVARÁN MÁS QUE POLVO! Vuestras manos de barro no apretarán más que barro. Vuestros corazones de piedra no palpitarán del gozo y de la vida de un Reino que VOSOTROS SOLOS deberéis conquistar.
Nosotros no enseñaremos las maravillas de nuestro Mundo a aquellos que no supieron hacer una maravilla de su propio mundo. No recogeréis más que piedras, porque sois seres de piedra. Sabed mudaros en diamante y una lluvia de Luz embestirá vuestros ojos estupefactos, mientras desde la oscuridad de los montes desiertos surgirán las luminosas auroras de nuestra civilización, que entonces también será la vuestra.
Levantad vuestra evolución, hermanos de la Tierra, y de los supremos lugares de la Gloria Solemne de los Espacios surgirá también para vosotros el eco radioso de la verdadera civilización. Aquella misma civilización que habéis venido buscando sobre nuestro suelo, y que contrariamente debéis realizar SOBRE EL SUELO DE VUESTRO PLANETA.
Entonces, desde los rojos desiertos de Masar, veréis levantarse el majestuoso templo de nuestro Imperio milenario.
Paz a vosotros."
ITHACAR
José García Álvarez Maestro, Escritor y Contactado Pulpí - España E-mail
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LA MUERTE ES UNA AMIGA

LA MUERTE ES UNA AMIGA
Me hubiera gustado ser médico. Pienso que es una labor maravillosa: estar a la puerta de la vida en la que todo bebé entra llorando y, sobre todo, coger con amor la mano del moribundo que se dispone a abandonarla, para decirle que no tenga miedo, dudas o desesperanza, puesto que nada malo le acecha en ese tránsito.
En ese momento decisivo en el que va a emprender el “último viaje”, trataría de convencerle de que han mentido todos aquellos que tratan de inculcar a tantos, la idea de la nada tras la muerte física o que esperen espantosos infiernos con temibles demonios. Porque ahora es cuando será verdaderamente libre, y “al otro lado” sólo encontrará verdaderos amigos y parientes que le precedieron, indiferentes por completo a las ideologías que tanto confunden a los hombres de “este lado”, con su “ego” dispuesto a ser impuesto siempre al de su prójimo, que también pretende conseguir lo mismo.
Me hubiera gustado ser médico, vuelvo a decir. Pero, al ser otra mi función en este mundo, que también ha llenado largos años de mi vida, he debido conformarme y buscar senderos del conocimiento, donde pude encontrar un párrafo escrito en el tiempo inmemorial de las galaxias e impreso en los corazones de los que son ajenos al tiempo como límite y al espacio como contención. Tal vez sea adecuado transcribirlo:
“El hombre sabio salió a ver atardecer sobre los campos. Se detuvo frente a la mies y vio que las espigas estaban maduras. Por un extremo del sembrado, el espectro de la muerte había comenzado la siega, blandiendo la guadaña de izquierda a derecha, rítmicamente. Hasta el hombre sabio llegaba el miedo de la mies que faltaba por segar, pero las espigas que yacían en tierra ya no temían a la muerte, porque esperaban una nueva sementera.”
Yo no creo en la muerte, ni le tengo el menor miedo. Temo más al dolor, a la preocupación y a las perturbaciones que pudiera originar, en el transcurso del proceso, a los seres que me rodean y me quieren. Particularmente, a los que no saben o no asimilan la Verdad, que son los que más sufren.
Yo creo que la vida va hacia la muerte, sí; pero, la muerte, a su vez, va hacia la vida. Yo pienso que todo cambia, salvo la Ley que determina la eternidad de lo creado. Yo siento que todo es hoy y todo será mañana. El mañana será diferente, pero también será siempre, el todo de ayer, con nuevas formas, nuevos colores, nueva linfa, nueva conciencia, nueva vida y nueva obra. Yo estoy seguro de que la muerte empuja a la vida hacia nuevos senderos más luminosos, y que la verdadera vida emerge de la muerte. Despojándola de los hábitos materiales, deviene real y existente, sabedora de ser una sola cosa con la vida del Cosmos. Yo veo a la muerte, pues, como una amiga generosa.
Creo también en la multiplicidad de vidas, es decir, en la reencarnación sucesiva de la entidad espiritual de cada uno. Una sola vida, como única ocasión, no resuelve las comparaciones injustas entre un rico y un pobre, un sano y un enfermo, un hermoso y un contrahecho, un sabio y un imbécil, un normal y un deficiente psíquico, el que vive noventa años y el que muere a los siete días de nacer...Entre otras muchas. No tiene el menor sentido.
Yo sé y creo, que todo ser humano tiene que volver repetidas veces, por lo menos siete en cada generación, sin que pueda tener conciencia de ello, para que las pruebas de una vida no puedan influir ni interferir en la de otra, más allá del empuje espiritual de lo aprendido en la anterior, válido para la siguiente, a nivel inconsciente. Creo que esa es la Ley que rige la economía de la Causa y el Efecto, la Ley que instruye los mecanismos del Juicio personal y la Justicia. Yo creo, que cada uno de nosotros es juez de sí mismo y ha de someterse a la Ley del Karma, de la que nadie puede escaparse.
Esta Ley me dice bien claro: Que lo que siembre, recogeré. Y lo que recoja ahora, marcará el destino de mi mañana. Lo que yo haga hoy a los otros, mañana otros me lo harán. En esta vida o en otra posterior. Si siembro cebollas, no puedo esperar recoger rosas. Quien mata, no puede impedir que le maten. Quien roba, no puede evitar ser robado. Quien odia, será odiado. Quien traiciona, recibirá la misma moneda. Una vida vivida justamente no dejará de tener el premio de la felicidad y la paz.
Los que sufren tribulaciones en esta vida, no las sufren por casualidad. La casualidad no existe. Sí, la causalidad. Por eso, si yo trabajo para los otros, mañana los otros trabajarán para mí, y si yo alivio a otros de sus cargas en esta vida, es inevitable que los otros, después, me aliviarán a mí. Esa es, repito, la Ley de Causa y Efecto, que tantas veces viola la Ciencia si conciencia. Porque esa es la Ley de la Justicia de Aquél que yo siento en lo Profundo.
Yo seré el juez más severo de mis propias acciones, una vez desencarnado. Entonces, seré yo el que elegiré para la próxima existencia, las pruebas para purgar mis culpas no canceladas, así como el lugar donde habré de desarrollarlas y los seres con los que habré de relacionarme, que, en su mayoría, serán los mismos de otras existencias con funciones diferentes. Todo en consonancia con las necesidades de la programación: mía y de los demás.
Se me podría preguntar por qué venir tantas veces, si se ve a la gente repetir siempre las mismas cosas, cometer siempre los mismos errores. La verdad es que la Creación es una continua emanación, un caminar de infinitos seres, por múltiples caminos de aprendizaje, desde su proceso larvario hasta su logro angélico. Cada uno de nosotros está en el lugar que le corresponde por su grado de evolución y siempre debe ir esforzándose para ascender camino de la Divinidad. Salvo algunos, relapsos, que prefieren retroceder y volver a empezar. Esos tardarán mucho más tiempo.
Como uno de mis trabajos, en esta vida de ahora, ha sido la de ser Maestro de niños, trataré de explicar la necesidad reencarnativa con una comparación a ese nivel, en la misma forma que me fue contada por mi gran amigo Eugenio Siragusa, ya difunto:
Un niño fue por primera vez a la escuela. Era muy pequeño y sus conocimientos no pasaban de la experiencia infantil. Su Maestro (que era Dios) le puso en la primera clase y le pidió que aprendiera las siguientes lecciones:
. No matarás.
. No harás daño a ningún ser viviente.
. No robarás.
El niño, ese día, aprendió a no matar, pero aún era cruel y robaba. Al final de la jornada le había salido barba y era de color gris. Entonces su Maestro le dijo:
“Has aprendido a no matar, pero no has aprendido las otras lecciones. Vuelve mañana.”
Al día siguiente volvió. Nuevamente era un niño. Y su Maestro (que era Dios) lo puso en una clase más adelantada y le dio otras lecciones para aprender:
. No debes hacer daño a ningún ser viviente.
. No debes robar.
. No debes mentir.
También en ese día dejó de ser cruel, pero le volvió su barba gris y aún seguía robando y mentía. Al final del día, su maestro le dijo:
“Has aprendido a no ser cruel con tus semejantes, pero no has aprendido las otras lecciones. Vuelve mañana.”
Al día siguiente volvió de nuevo y seguía siendo niño. Su Maestro (que era Dios) le puso en una clase otro poco más adelantada y le dio estas lecciones para aprender:
. No robarás.
. No mentirás.
. No debes desear lo que pertenece a los otros.
Aprendió a no robar, pero aún mentía y deseaba lo de los otros. Tuvo que volver. Y, así, mientras le quedaban lecciones por aprender, su Maestro (que era Dios) le decía una y otra vez:
“Vuelve, pequeño mío. Vuelve mañana.”
He aquí, lo que yo he leído en los rostros de los hombres, en el libro del mundo, en las estrellas del cielo.
Sé que yo, y sólo yo, seré el artífice de mi destino. Sea para bien o para mal, yo trazo hoy el sendero que recorreré mañana, y en esta existencia edificaré la próxima. Mi Yo Superior, Ese que Soy en verdad dentro de este cuerpo de carne que utilizo ahora, sobrevivirá siempre en la eternidad. No puedo hacerme ninguna ilusión de poder escapar a los efectos de la causa que haya provocado, ya sea negativa o positiva. Los efectos posteriores serán más duros para mí, si las causas que los hayan producido se repiten, desobedeciendo a la conciencia iluminada por la consciencia. Yo sé que errar es imprescindible para conocer. Sin embargo, perseverar conscientemente en el error, significa ir al encuentro de pruebas durísimas, cargadas de dolor y de sufrimientos difícilmente evitables. El mal que yo cometa como consecuencia de la repetición pertinaz de las causas negativas, no me será perdonado por quien preside la ley evolutiva de las cosas creadas. Por eso, me es tan necesario conocer y asimilar esta verdad eterna, si quiero ascender hacia la real felicidad del sublime Bien.
Así pues, mi vida de hoy la edifiqué ayer, y la vida de mañana la edifico hoy. Tengo plena conciencia de esto.
Un atento saludo,
José García Álvarez
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EL CÁNCER Y EL SUERO "BONIFACIO"

EL CÁNCER Y EL SUERO “BONIFACIO”
Según los diccionarios de la Tierra, el cáncer es “una neoplasia con atipia celular, de evolución maligna”. Casi siempre incurable y con tendencia a generalizarse. Por el parecer de la ciencia médica terrestre, siempre es una pérdida de la capacidad regulativa del organismo para mantener ordenada la reproducción de las células de un tejido determinado. No digo nada nuevo.
Se ha observado estadísticamente, que el número de enfermedades neoplásicas aumenta a partir del cuarto decenio de la vida y que su incidencia crece entre los 50 y 60 años. El tratamiento que recibe, generalmente, es la extirpación del tumor maligno y de las metástasis, completándose con fisioterapia o mediante quimioterapia.
Las causas del cáncer, todavía poco conocidas, se atribuyen a tres grupos de factores: radiaciones ionizantes, ciertas sustancias químicas y virus. Algunas teorías apuntan el papel preponderante de estos últimos y otorgan a las otras causas una función de mero desencadenante del proceso cancerígeno. Eso es lo que dice la Ciencia oficial. Si yo no lo he interpretado mal.
Sin embargo, se dijo y está escrito, que “Dios concede la Verdad a los humildes y se la escamotea a los soberbios y a los que se creen sabios sin serlo”. Hace varios años, una parcela de esta Verdad, fue concedida por el Padre Creador a uno de estos humildes y sencillos, que los “dioses” de la Ciencia humana menosprecian, y descubrió que “el cáncer no es de naturaleza viral, sino que tiene su origen en la causa de un desequilibrio cinético de la célula, la cual, debido al relajamiento de la energía que la compenetra, produce secreciones cancerosas.”
Lógicamente, una vez dicho esto, para explicar qué debe entenderse por “desequilibrio cinético” y por “relajamiento de energía”, habrá que formular dos preguntas fundamentales:
1ª.- ¿Cuál es la energía que mantiene la cohesión de la célula?
2ª.- ¿Cuál es la causa que provoca el relajamiento de la vibración de dicha energía?
Veamos:
El hombre físico, en su naturaleza, no es solamente la resultante de una combinación química (según una interpretación monovalente de ciertos sectores de la ciencia), sino que es, sobre todo, la materialización de cierta energía, de la cual, su naturaleza psíquica, caracterizada por un ritmo de movimiento diferenciado, es ASTRAL, o sea SOLAR.
Es esta energía solar la que cohesiona el sistema celular del organismo humano y lo hace vibrar de conciencia vital.
El Sol, en efecto, es una verdadera y propia glándula endocrina del cuerpo del macroser, dentro del cual nosotros, los humanos, estamos contenidos como instrumentos instruidos por el dinamismo diferenciado de la energía psíquica solar y obligados, por tanto, a una organización psicobiofísica.
Esto es debido al hecho de que en el Sol, en virtud de su particular función, reside aquella Inconmensurable Inteligencia Cósmica que, como causa principal de todos los efectos manifestativos de su creación, plasma, organiza y riega de vital conciencia todas las estructuras de los mecanismos astrofísicos y biofísicos que quieren ser Sus propias capacidades expresivas en la dimensión tiempo – espacio. Por tanto, todo cuerpo material (mineral, vegetal, animal y humano) es la resultante del poder vibratorio de esta energía, cuyo dinamismo está instruido en el cuadro de un preciso esquema de comportamiento programado, según reglas fijas e inviolables.
La validez de estas afirmaciones está corroborada, además, por las de los científicos terrestres, los cuales, no hace mucho, “descubrieron que todos los seres vivientes (plantas, animales, seres humanos) no están dotados solamente de un cuerpo físico, compuesto por átomos y moléculas, sino que tienen como contrapartida un cuerpo de energía que no es eléctrica, ni electromagnética, sino una forma de energía todavía no clasificada debidamente, desconocida.” Esta energía, que la ciencia terrestre ha llamado “Campo estructural de formas”, aunque responde mejor a la denominación cósmica de “Inteligencia Creativa”, es la que mantiene la coherencia entre las células del cuerpo humano y las pone en estado de vibración vital, según un ritmo que está en sintonía con la fuerza energética del Campo Organizador Primario, o Inteligencia Cósmica.
Con lo expuesto, queda contestada, espero, la primera pregunta.
Veamos cuál es la causa del relajamiento del poder vibratorio de esta energía:
La ciencia de los humanos sabe hoy que las células vivientes, sea cual sea el organismo que las tenga, tienen una mente y una memoria propias, no solamente en el cerebro sino en todo el cuerpo. Ellas, en efecto, tienen el poder de renovarse y de multiplicarse desde que nacemos hasta la muerte.
A propósito del cáncer, en Noviembre de 1972, en la ciudad de Méjico, se inauguró el Cuarto Congreso Coloquio Internacional Lepetit, al que participaron setenta estudiosos de muchos países, entre los cuales estaban algunos Premios Nobel de Medicina y Química. El tema tratado fue el siguiente: ESTUDIO DE LOS MECANISMOS VITALES DE LA CÉLULA. He aquí una de las conclusiones a las que llegaron: “...Una célula puede volverse maligna porque haya HEREDADO, a nivel de sus ácidos nucleicos, ciertas estructuras químicas que pueden quedar escondidas muchos años para luego estallar provocando la enfermedad...”
La pregunta podría ser ésta: ¿Qué se debe entender por “la célula ha heredado”? O bien: ¿Qué es lo que las células nuevas heredan de las células viejas?
Una contestación que convence proviene de la medicina psicosomática, el lenguaje de la cual nos dice que en el hombre, el poder de autorrenovación de las células resulta frenado y entorpecido por la acumulación de errores, represiones, frustraciones, desengaños, miedos, angustias y tensiones de todas clases que lo asaltan diariamente y que se imprimen en la “memoria celular”, atropellando la inercia de la fuerza vital presente cuando se nace.
Las células, en consecuencia, no pueden continuar su autorrenovación frente a todos estos obstáculos. En breve espacio de tiempo, ellas, memorizando tal cantidad de inhibidores, pasan desde un esquema normal de comportamiento a otro irregular. O sea, lo que ocurre es que la memoria del peso y del freno se transmite desde la célula vieja a la nueva, la cual, a su vez, memoriza la propia experiencia y la transmitirá a la célula sucesiva. Tales “recuerdos”, así acumulados, son por sí mismos suficientes para provocar el relajamiento del poder vibratorio de la energía que alimenta el sistema celular.
El resultado es la secreción de una sustancia química que los científicos denominan, tras las conclusiones de sus Congresos: “EPISOMA, que resulta ser una parte funcional del ácido nucleico y que parece implicado en mecanismos muy importantes tales como la inmunidad, el desarrollo del organismo, el envejecimiento y EL CÁNCER...” Y añaden: “...parece que exista una relación entre los episomas y el mecanismo a través del cual aparece el cáncer...”
Se tiene la impresión de que la ciencia terrestre intenta dar una contestación, sin percibirlo realmente, cuando dice: “Los EPISOMAS – llamados “factor R” – que nosotros llevamos, tal vez, desde que nacemos”, a lo que expresa la verdadera ciencia de otras civilizaciones más avanzadas, en el sentido de que el cáncer no es producido por virus provenientes del exterior del organismo, sino la sustancia que la célula segrega cuando, muy pesada y frenada por la acumulación de tensiones, sufre una relajación o aflojamiento del poder vibratorio de la energía (psíquica) que la cohesiona y vitaliza.
Respecto a esto, se podría objetar si en los animales afectados por tumores se puede hablar de represiones, frustraciones y tensiones como causas creadoras del cáncer? La contestación es SÍ, porque también el HAMBRE es causa de tensiones. Y no solamente eso: la fuerza de gravedad actúa también como freno e influye sobre el poder de autorrenovación de las células. ¿Cómo se podría si no explicar la vejez?
Si pensamos en el potencial de la fuerza impulsora de un proyectil al que la resistencia del aire y la atracción de la gravedad lo frenen gradualmente, reduciendo su velocidad hasta caer al suelo, podremos ver que lo mismo sucede con las células cuyo potencial vibratorio, frenado por la fuerza de gravedad y muy pesado por la acumulación de tensiones de toda clase, se va relajando cada vez más, hasta que, al final, algún organismo o complejo de organismos resulta demasiado débil para funcionar.
Nosotros llamamos a esto: enfermedad, vejez, muerte.
El conjunto de la actual ciencia humana es todavía un valor monovalente, a causa de lo cual la confusión y los enigmas de los valores singulares están en la base de las contradicciones nacidas de las distintas interpretaciones de los hechos. El saber humano de una ciencia, que sabe pero no entiende, es una medida aparente, o sea la pretensión de “hechos demostrados”, que, en realidad, son sencillamente asuntos extraídos de hechos relativos.
A causa de sus prejuicios y preconceptos, el hombre está acostumbrado a establecer anticipadamente cuáles formas y cuáles costumbres debe asumir y endosar la Verdad, y por eso no la reconoce cuando le sucede que la encuentra. Tal vez sea porque la Verdad es un desafío a su voluntad de admitir que podría obtener otras contestaciones distintas a las que ya cree tener.
No fue éste el caso del doctor Bonifacio, médico de un pequeño pueblo de Sicilia. Hombre humilde, sencillo y honesto, que soñó y su sueño fructificó en algo para hacer el bien a sus enfermos, sin más interés que el placer de ayudarles: un suero obtenido del intestino de la cabra, animal que no padece cáncer, cosa que no es sabida por muchos.
Cuando vio los efectos positivos que conseguía entre sus enfermos, lo dio a la publicidad. Pero, en un mundo como éste, ya se sabe: las cosas simples no llegan. Hay muchos intereses mezquinos que lo impiden. Una verdadera pena, porque este suero, un poco más elaborado, hubiera conseguido, con escaso coste, unos sorprendentes y definitivos resultados contra los tumores cancerígenos, ya que actúa a nivel etérico.
Se sabe que el cuerpo es un todo y que los alimentos le nutren. La cabra también se rige por esta ley, con algo especial que el modesto médico rural italiano llegó a descubrir: Su leche mantiene toda la fuerza etérica y puede actuar sobre el equilibrio de la célula.
En mundos más evolucionados que el nuestro, se sabe, en virtud de una lógica volumétrica (la de este mundo es lineal), que consiste en no considerar “hechos relativos” como “absolutos”, que a fin de que un organismo celular (o una sociedad humana) pueda funcionar siempre al máximo rendimiento, es necesario que el hombre tenga la Voluntad de desprenderse de todos los preconceptos y prejuicios que actúan como freno y peso en el proceso de autorrenovación de las células, y que, además de las enfermedades psicofísicas, son el manantial de aquel azote llamado cáncer. Es frecuente observar cómo una teoría especulativa del “genio” científico de turno, se transforma en ley absoluta; un procedimiento apenas sugerido, en un rito intangible y una afirmación provisional en un evangelio. Luego, en la práctica, todo queda en nada.
Lo que acaece en este mundo, puede parangonarse con lo que sucede en una floresta de árboles gigantes, donde los pequeños arbustos enferman y mueren. Necesitan del sol para crecer y no lo reciben. Solamente al borde de la floresta, donde el sol puede penetrar, encuentran el ambiente apto para crecer. En el centro pueden sobrevivir sólo aquellos que están en condiciones de poderse adaptar a la semioscuridad. Se adaptan y sobreviven, pero no pueden soportar cambio alguno, tanto que ya no podrían resistir tampoco la iluminación solar directa.
Lo mismo puede decirse de la actual sociedad humana: los árboles gigantes son los “Grandes Cerebros” que forjan las “grandes ideas”. Los arbustos corresponden a la gran masa de la humanidad, imposibilitada de desarrollar ideas propias nuevas a causa de las “grandes ideas” que la dominan y la someten. En esta enmarañada floresta en la que vive el ser humano, pueden sobrevivir exclusivamente los hombres dispuestos a adaptarse al dominio de los grandes cerebros. Se adaptan y sobreviven, pero no pueden soportar cambio alguno, ni las ideas que en otra parte son normalmente aceptadas por su mayor evolución.
Hoy, tanto las “pequeñas” como las “grandes” ideas de este mundo se están muriendo, a pesar de los muchos intentos de adaptación en un ambiente planetario que cambia continuamente. Están muriéndose porque son monovalentes, limitadas, pobres, y también porque los varios intentos de adaptación a los cuales han sido aplicadas las han retorcido de tal manera y transformado hasta tal punto, que resultan una monstruosidad. El mismo hecho de que sean retorcidas y transformadas las destruye, y destruye, al mismo tiempo, la sociedad que las ha adoptado.
Y, como la voluntad colectiva de esta sociedad no quiere ser desafiada por la Verdad, ya que está acostumbrada desde hace mucho tiempo a destrozar al individuo o la cosa que intente decirle aquello que no quiere oír o no entiende, es por lo que, en la batalla contra el cáncer, los humanos siempre han salido derrotados y fracasados. Porque no existe ninguna posibilidad de que se produzcan ideas polivalentes donde dominan las monovalentes de los grandes cerebros.
Si hubiera intentos de cambios, se producirán siempre en los márgenes de la floresta, y por obra de aquellos hombres cuya mente esté libre de cualquier estructura de prejuicios y preconceptos. Un ejemplo de ello, lo fue, en su día, el doctor Bonifacio.
¿Sería sorprendente comprobar una estadística que proporcionara el porcentaje de cabreros que padecen cáncer comparada con las de otros estamentos?
José García Álvarez
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LOS CONTACTADOS

LOS CONTACTADOS
Los Extraterrestres han dicho en varias ocasiones, a través de sus Operadores, que su contacto personal con los terrestres es limitado, por razones particulares que ya han mencionado otras veces y que dependen de órdenes pre-establecidas por sus sabios dirigentes. Hasta el momento, ese contacto sólo ha podido realizarse con ciertas personas y no con todas. Por aquellos que han pretendido contactarlos, con el fin de desarrollar una emotividad de entusiasmo mental o para adquirir una fe racional ficticia, Ellos han podido hacer muy poco, y este poco debía tender a la supresión del egoismo y del dogmatismo.
Aquellos que vienen de otros mundos del espacio, mucho más avanzados que el nuestro, deseaban Almas capaces, serias, amantes de la Verdad, altruistas y afectuosas. ¿Acaso era fácil encontrarlas entre los hombres de esta Generación? Difícil en verdad, y aún, casi imposible. Ellos han escogido, por consiguiente, las mejores criaturas humanas que han podido encontrar, susceptibles de ser preparadas para una instrucción constante, a la que ellas estaban destinadas. Ante todo, Ellos han inspirado en esas Almas escogidas, un Espíritu de Amor y de tolerancia hacia todas las opiniones que no encuentran el camino correcto dentro de sus tendencias mentales. Estas almas, poco a poco, se han ido elevando por encima de todos los prejuicios dogmáticos, preparándose, de esta forma, siendo perseverantes y valerosas, a recorrer el sendero de esta Verdad, que al final los ha vuelto libres y les permitirá orbitar sobre planos dimensionales superiores.
Tesoros de conocimientos universales les han sido prodigados a estas Almas y cuando los Mentores Siderales piensen que el momento ha llegado, pronunciarán la llamada de su nombre. Mientras esto ocurre, Ellos suscitan un sentido de paciente espera y controlan las emotividades psico-físicas que se desarrollan en esta espera.
Siempre ha habido obsesos de diversos temas, pero ahora comienzan a proliferar en la parcela de los perseguidores de los Contactados. Estos individuos de aviesas intenciones, generalmente derivadas de despechos y frustraciones, a los que conocéis bien, están instalados en su poltrona de incredulidad y desparraman sus ataques calumniosos, sin que hasta ahora nadie se haya encargado de penalizarlos, dándoles el escarmiento que merecen. El tiempo venidero se encargará de ello.
Con respecto a los Contactos, que los hay muchos y auténticos, yo os invito a meditar, a evaluar los hechos y a reflexionar para sacar las conclusiones que se imponen y para poder comprender el real significado de la presencia Extraterrestre, esa gran y fascinante Verdad de nuestro tiempo.
Aún si estáis en la obligación de considerar nuevas ideas, que son difíciles de aceptar por vuestra lógica, debéis intentarlo con fe, inteligencia y valor, si queréis descubrir, sinceramente, el alcance de esta gran realidad que sólo puede aparecer en su contexto real.
Vosotros disponéis de miles de hechos, al alcance de vuestra inteligencia, que pueden ser redimensionados y estudiados con una nueva óptica y de los cuales vuestro saber puede beneficiarse. Personalmente, soy perfectamente consciente del malestar psicológico y mental que impide en algunos creer en un gran acontecimiento de este tipo; sin embargo, es cierto que no podrá impediros dominar progresivamente una Verdad tan grande.
Ya sabéis que las grandes Verdades han sido siempre las víctimas del escepticismo, esta negación de todo lo que escapa a la comprensión de la inteligencia humana, particularmente cuando ésta prefiere ceñirse a las concepciones estrechas que le impiden liberarse de las ideas preconcebidas, ya sobrepasadas por los acontecimientos del nuevo tiempo.
Muchos hombres, todavía viven sus propia existencia en los límites estrechos de sus visiones terrestres, prehistóricas y supersticiosas. Equivocados, prefieren huir la nueva era, el tiempo del nuevo destino, por miedo de descubrir el abismo oscuro de su ignorancia y de sus presunciones atávicas.
Pero, por suerte para la humanidad, existe siempre una minoría de hombres y mujeres de buena voluntad, que han sentido y sienten interiormente la Luz activa de las Verdades Eternas. A ellos les ha sido concedido vivir la maravillosa experiencia del contacto personal con Seres de otros mundos y han aceptado la labor ingrata de divulgarlo, teniendo que pagar por Amor a la Verdad un precio muy alto. Pero, ellos saben que su humilde acción hecha de duros sacrificios espirituales, morales y materiales, no será un trabajo vano, y el tiempo les dará la recompensa que sus Almas hayan merecido.
Yo no lo digo por presunción profética, sino a causa de una certeza absoluta.
Un abrazo fraternal,
José García Álvarez
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PROFECÍAS: NOSTRADAMUS Y PARRAVICINI

Hay opiniones muy respetables que concuerdan con la fantasía del peruano Sixto Paz Wells: "Las profecías están hechas para no ser cumplidas". Pero, mira por donde, yo publiqué en Enigmas y Misterios (http://www.enigmasymisterios.net), y puede verse, un artículo titulado "Discursos apocalípticos de Jesús", que, evidentemente, parece no haber sido leído detenidamente por ellos, donde se demuestra fehacientemente que todo lo profetizado por el Cristo ya se ha cumplido. ¿Verdad que sí? Todo, menos tres predicciones importantes: La 1ª, cuando Él dijo que los vivos tendrían envidia de los muertos por las cosas que habrían de contemplar. La 2ª, los defectos luminosos del Sol y de la Luna, y la 3ª, la gloriosa venida del Hijo del Hombre al frente de sus legiones celestiales. Esas también se cumplirán, por más empeño que se ponga en decir lo contrario.
Pero, vamos a lo que vamos: Las Profecías de Benjamín Solari Parravicini. El video mostrado sobre el mismo es bastante elocuente y muestra a un hombre al que algunos llaman el "Nostradamus argentino", pero que no puede compararse, ni como persona, ni como profeta, con el vidente francés. Hay una diferencia abismal, en todos los aspectos que se toquen. Parravicini lanzó mensajes proféticos sólo a partir de 1936, muchos de ellos equivocados, pues él mismo reconocía que tenía dos ángeles que le dictaban: uno de blanco que le decía la verdad y otro de negro que le decía mentiras. Nostradamus comenzó a pronosticar en 1555. Más de cuatro siglos y medio de historia profética. Si alguno ha leído mi libro "¡Nostradamus Despierta!" habrá comprobado que, colocadas cronológicamente, las cuartetas expresan hechos YA CUMPLIDOS en más de las 820 primeras de las 1000 que componen las Centurias, que reseñan lo que ha de suceder desde el siglo XVI hasta el Final de los Tiempos.
Parravicini habla del año 2002 y lo que en él habría de suceder y hay que ver por donde vamos...Nostradamus es más serio y no proporciona fechas así porque sí. Una de ellas la tiene en la cuarteta 70 de la Centuria X donde habla del mes de julio de 1999. Una serie de intérpretes equivocados en sus apreciaciones y algún otro "investigador",que da su versión a la ligera sin conocer los hechos, califican el evento de "error fatal", pensando que el profeta galo, con este pronóstico se refería al Fin del planeta. Nada más lejos de la realidad. Su videncia de futuro le permitió contemplar el gran terror que había en el mundo en el año 1999, merced a la interpretación que habían hecho de su profecía los necios exégetas, afirmando que Nostradamus decía que iba a caer del cielo un meteorito, que iba a venir un rey que causaría el espanto en la Humanidad...Y es que él, entre otras cosas, vio también las tonterías vertidas en los medios de comunicación por el modisto Paco Rabanne, que anunciaba la caída de la estación espacial Mir sobre París, destruyéndola, y otras barbaridades apocalípticas que hicieron temblar a muchos. Si a esto le añadimos que el astrólogo galo visionó también la preocupación de la gente ante el cercano eclipse total de Sol del 11 de agosto siguiente y los augurios de que iba a venir un rey mongol, es por lo que escribió su cuarteta, para decirle a la gente que "en ese mes de ese año" iba a haber un gran pánico, pero que no iba a pasar nada de eso y que el único rey que iba a venir del cielo en un futuro muy cercano era de "Cuna Angélica", refiriéndose al Hijo del Hombre, pues la palabra "Angolmois" expresa en el verso tercero es en realidad "Angelmois", palabra compuesta de la latina "Ángel" y de la francesa "mois", que significa "cuna". Así que no nos confundamos: Parravicini hizo un trabajo de dibujos proféticos, mejor o peor. Su valor tienen. Nostradamus es incomparable, excepcional, y las discrepancias de algunos sobre esto pueden significar su ignorancia supina sobre la verdadera figura del médico de Salon.
Un afectuoso saludo, José García Álvarez
Ovni Rama

LOS PROTAGONISTAS DEL APOCALIPSIS

LOS PROTAGONISTAS DEL APOCALIPSIS
El Cordero
Es Cristo, el Hijo de Dios, que se sacrificó por todo el género humano. Habitó durante tres años el cuerpo que le cedió Jesús, y convivió con el grupo de sus discípulos, a los que legó su doctrina divina y dejó una misión que cumplir. La Cruz puso el broche de oro a la actuación de este Ser Superior, que supo demostrar hasta el infinito cuál es “el Amor más grande de todos los amores”.
Cristo es un Genio Solar o Verbo Solar. Es sublimación astral. Cristo no es el Padre Creador, pero sí una expresión muy pura de Él. Cristo no era Jesús, pero estaba en Jesús, y a través de su cuerpo manifestó su Trinidad Divina. Si hubiera que realizar una correlación, podría decirse que Dios ilumina a Cristo, que Cristo ilumina a Jesús, y Jesús a los hombres conscientes de la Verdad.
Terminada su labor redentora, Cristo volvió a su lugar de procedencia. Por eso dijo a sus discípulos: “Yo me iré y ya no me veréis”.
Jesús
Es el Hijo del Hombre. Es sublimación física. Jesús es un Genio Planetario o Perfección relativa de un Ser Consciente de la Verdad Universal. Cedió su cuerpo físico a Cristo, el Genio Solar, para que éste pudiera realizar su misión de Amor, y él, mientras, cohabitó con el espíritu de Juan, en el cuerpo del Apostol predilecto del Maestro. Por ello, Cristo, desde la Cruz, dijo a María, refiriéndose a Juan: "Madre, he ahí a tu hijo". Esta relación, Cristo _ Jesús o Jesucristo, para muchos incomprensible, es una programación real de la Suprema Inteligencia Divina. Programación que actúa, siguiendo siempre, de diferentes formas, la voluntad de ascensión evolutiva. El hombre de la Tierra ha recibido de Jesucristo esa fuerza de voluntad ascensional, aunque los medios para alcanzarla, han costado el miedo al dolor y a la muerte.
El hombre podría elevarse evitando el dolor y, en poco tiempo, ser consciente de su identidad real. Jesucristo fue un programado para el Amor y por ello murió en la Cruz. Enseñó el método para llegar felizmente al conocimiento, a la conciencia de si mismo en Dios. Era una sublime programación, que todavía está en pleno desarrollo. El fin nos lo confirmará Jesús en su próximo retorno, cuando vendrá, justiciero, como "el jinete Fiel y Veraz, con ojos como llama de fuego, y en su cabeza muchas diademas", y actuará como tal, acompañado de los ejércitos del Cielo, montados en "caballos blancos", como dice el Apocalipsis.
Porque Jesús es ese "jinete", que herirá con "espada aguda" a las naciones, y las apacentará con "vara de hierro", llevando en su cadera escrito: "Rey de reyes y Señor de señores". Podrá haber Amor sin Justicia, pero no puede haber Justicia sin Amor.
Los Ángeles Extraterrestres
El Apocalipsis en un libro, cuyos protagonistas principales, no cabe duda, son los ángeles. Y ¿quiénes son los ángeles? Siempre han sido y son, los que ahora en la Tierra llaman los Extraterrestres. Esta es una verdad, que sólo la niegan ya el engreimiento y la obstinación presuntuosa de aquellos que se creen, con pueril fundamento, las únicas criaturas inteligentes en el Universo. Pero, la realidad irrefutable es que la presencia extraterrestre sobre nuestro planeta se remonta a la noche de los tiempos. Ángel significa “mensajero”, y eso son los Seres Superiores del espacio, que, ya desde el principio, comunicaron a los hombres los fundamentos del conocimiento, una vez que éstos recibieron el inestimable don de la inteligencia.
Los ángeles del Apocalipsis, han venido a poner en cumplimiento todo cuanto en el libro de Juan se expone. Su misión ha consistido en anunciar, en revelar, en consolar, en denunciar las agresiones venenosas de los hombres satanizados, amonestando sus perversas actuaciones y mostrándoles el camino sin retorno por el que, ciegos, caminaban. También era su deber tutelar y preservar a los despiertos y conscientes de los valores superiores de la fraternidad universal.
No ha sido su intención mostrar ni exhibir las altas capacidades de su ciencia, por mucho que se hayan empeñado los amantes de espectáculos circenses. Ahora, su trabajo laborioso está ya en el epílogo, y tendrá su fin, cuando Jesús realice su venida esplendorosa, y la inmensa cosmonave, la Jerusalén Celeste, alce su vuelo majestuoso llevando en su interior la semilla de la nueva vida.
La función que Ellos tienen hoy, no es distinta a la de los antiguos ángeles.
Sólo difiere en la metodología utilizada, porque la conciencia del hombre ha cambiado. Aún así, la comprensión humana se reparte en dos sectores muy diferenciados: el de la cantidad, los muchos, para los que el problema de esta verdad aparecerá comprensible sólo en su aspecto material-científico, y el de la calidad, los pocos, que han llegado a comprender, asimilar e interiorizar su lado divino, espiritual y cósmico.
En todos estos años transcurridos, todos los Gobiernos de la Tierra, TODOS, han tenido pruebas claras e indiscutibles de la existencia angélica extraterrestre.
Ellos saben hoy, perfectamente, qué es lo que quieren y a lo que han venido.
Pero, han callado, y seguirán así el poco tiempo que les queda, porque si hubieran admitido esta verdad incontestable, habrían tenido que cambiar la mayoría de sus esquemas, cosa inconveniente para sus mezquinos intereses.
Durante tanto tiempo, han estado practicando, de forma calculada y pertinaz, una negación cínica y radical, respaldando el escepticismo de otra mucha gente que, al no acertar a comprender, ha quedado condenada a permanecer, ciega y sorda, en la más rotunda de las ignorancias.
Ahora, ya en un epílogo avanzado, más bien agonizante, convendría recordar que son muchos los terrestres que saben muy bien que los ángeles extraterrestres tienen bases en las aguas profundas de los mares de la Tierra. Saben también de la labor de vigilancia que han ejercido y ejercerán hasta el final sobre esta ciencia sin consciencia, ni conciencia, que, con perversa y cínica desenvoltura, ha puesto en gravísimo riesgo el equilibrio magneto-esférico de este planeta, amenazado la estabilidad orbital del resto de los planetas del Sistema Solar y propiciado el peligro potencial de extender el caos a otros sistemas solares. Ya existe un triste precedente, al que esta Humanidad se está acercando inexorablemente. Y Ellos no van a consentir que otros nuevos locos homicidas vuelvan a hacer pagar, por sus culpas, a otros inocentes seres estelares, repitiendo desventura semejante a la del desdichado planeta Lucifer.
Los Hijos de la Luz Creadora han regresado de nuevo a la Tierra, para operar mientras esperaban la llegada del “Fiel y Verdadero”, supremo Avatar coordinador de la Justicia Divina. Ellos han estado viviendo entre los hombres de este planeta, extendiendo las señales anunciadas, con el fin de despertar en la memoria de los habitantes de este mundo, lo que fue dicho, escrito y propagado para esta generación de ciegos y sordos.
Se les puede llamar como se quiera: Ángeles, Extraterrestres, Marcianos, Humanoides o Alienígenas. O clasificarles como se desee, pero, esto nunca podrá modificar lo que son, ni a lo que vienen. Interferir en su misión o intentar contrarrestarla, siempre será inútil. Ellos poseen la potencia divina y facultades inconcebibles para la mayoría de los terrestres. La Verdad que llevan no podrán detenerla, ni neutralizarla, y, por tanto, los cambios, puesto que la masa humana no ha querido reflexionar y rectificar, serán inevitables.
Ya están marcados y disponibles, aquellos que han sabido asimilar su mensaje.
Serán llamados, tras aparecer las naves brillantes, los fulgentes “caballos blancos”, en el cielo, y llevarán a la nueva Tierra las directrices de la nueva Ley y del nuevo Pacto.
En el tiempo en que ya estamos, 2.005, en vísperas del final, conviene desprenderse de tanta patochada y ser más objetivos. Los extraterrestres, ángeles de hoy, son los mismos que Juan describe en su Apocalipsis. Ellos han abierto los sellos, han sonado las trompetas, han mostrado las copas e iluminado el cielo con sus signos. El mundo ya ha visto y sabe. Ya no vale decir que se tiene excusa. Sólo el necio puede hacerse el ignorante. Y también para ese, dentro de muy poco, será aplastante la evidencia. Preparados están ya los “caballos blancos” y la “Nueva Jerusalén”, presta a bajar desde el espacio exterior, mientras los 144.000 Elegidos hacen los preparativos de su marcha hacia Sión, donde el Cordero, Jesús, les aguarda.
Las siete iglesias
Las Iglesias son siete y forman el templo viviente de Dios una vez unificadas.
Así será un sólo templo con siete estancias principales. Los Guías de estas siete Iglesias son los Automedontes, Mentores especiales siderales, mientras que los Apóstoles fueron los que llevaron la Verdad a esas Iglesias. Toda la Humanidad configura ese templo viviente, que los intereses temporales han fraccionado. Por ello, ahora, la meta de los ángeles Extraterrestres es reunir lo que ha sido dividido, sin hacer discriminación alguna entre las Iglesias, ni entre los hombres, por su raza o su creencia, ya que todos, desde su diversidad, forman parte de una única llamada.
Las siete Iglesias de hoy, la Católica, la Luterana, la Anglicana, la Presbiteriana, la Ortodoxa, la Evangelista y la Metodista, también han recibido el mensaje dado a sus Pastores, y han sido informadas de que éste es el tiempo de Dios sobre la Tierra, y deben ser cuerdas, prudentes, sabias, puras y humildes, porque en todas ellas existe posibilidad de purificación y perdón. Han sido aconsejadas por los operadores de la santísima voluntad de Cristo, en el sentido de hacer camino en dirección hacia donde el rebaño crece en tribulaciones, y el espíritu en paz, justicia, alegría y amor fraterno.
Haciéndoles saber que el día del retorno del Señor en medio de los hombres, está muy próximo a llegar, porque así fue escrito, así es y así será.
Los 24 Ancianos
Son los 24 Mentores del Sistema Solar. Los 24 Ancianos o Sabios, por denominarles con un lenguaje terrestre, que dirigen la Confederación de Planetas. Ellos habían sido designados para planificar y dirigir el desarrollo de los cuerpos siderales que se mueven en este rincón de la Galaxia. Su sabiduría y su perfección era y es de tal magnitud, que fueron elegidos unánimemente por todos esos mundos para dicho cometido. En el acto de mostrar a Juan la serie de sucesos y aconteceres relativos a los Últimos Tiempos, el profeta pudo verlos reunidos en Consejo, dando pruebas de sumisión al Cristo Solar.
Los cuatro animales
Representan simbólicamente a los cuatro Evangelistas, Mateo, Marcos, Lucas y Juan, y a sus respectivos Evangelios, que reflejan el sublime sacrificio de la alta entidad solar, Cristo, para redimir a los componentes de una Humanidad que iba sin rumbo, y darles la fuerza ascensional suficiente para afrontar con posibilidad de éxito los últimos días de esta generación. Están simbolizados por un león, un toro, un hombre y un águila. Aluden a las diferentes razas provenientes, tras la fugitiva del Tercer Planeta Amarillo, de Proción, Alfa Centauro, Orión y las Pléyades. Unas, por causa de un Cataclismo habido en nuestro Sistema Solar, el del planeta Lucifer, y otras, puestas aquí por los Guías del Cosmos, para mejorar el código genético de los terrestres, y acelerar una evolución que pudiera estar adecuada al ritmo del planeta terráqueo.
Este conjunto animal, revelaba el futuro de la Humanidad, y está representado en la Esfinge de Gizeh, con garras de león, vientre de toro, alas de águila y cara humanoide. Los Apóstoles adoptaron, cada uno, un símbolo de éstos, que a su vez son los símbolos de las Constelaciones de donde fue traída la vida a la Tierra.
Juan es, pues, el Águila (alteza, evolución espiritual). Lucas, es el Toro (sabiduría). Marcos, el León (fuerza, coraje) y Mateo, el Hijo del Hombre (podría representar a Jesús). Cristo quiso potenciar nuestra evolución; Ellos, también.
Los cuatro jinetes
Representan las cuatro características principales a destacar en los acontecimientos apocalípticos de los Tiempos Finales: La Desidia diplomática, la Guerra, el Desastre y la Muerte. Terribles jinetes que marcharán “a todo galope” sobre la Tierra en sus “corceles” de cuatro colores, cada uno de los cuales ha de entenderse como algo vigoroso, de incidencia poderosa, que avanza velozmente.
El “caballo blanco”, serán las falsas conversaciones de Paz, ligeras e infructuosas, incapaces de hacer prosperar el éxito de la “blanca paloma”. El “caballo rojo”, simbolizando la ira desenfrenada de las mentes trastornadas por las ideas violentas y homicidas que, rápidamente, darán lugar a una bestial guerra de exterminio que se extenderá, en cabalgada feroz, por muchas naciones del planeta. El “caballo negro”, serán las vertiginosas y nefastas consecuencias que ocasionarán los dos anteriores, sumiendo al mundo en un desdichado tiempo de negra oscuridad, con terribles hambrunas, enfermedades epidémicas, dolores y sufrimientos sin límite, en el que habrá una gran injusticia para muchos. El “caballo pajizo”, da idea de la briosa arremetida de la Muerte, dueña y señora de espantosas matanzas y horribles holocaustos, por el uso de infernales ingenios bélicos, liderados por las bombas atómicas. Estos dantescos caballeros cabalgarán junto a sus homónimos naturales: el agua, el aire, el fuego y la tierra. Si los primeros caballos los habrá generado el hombre para destruir, los segundos los utilizará la Naturaleza para reaccionar y reequilibrar.
Los “Zigos”, esos cuatro Elementos primordiales del ámbito natural de este planeta, purificarán cada centímetro cuadrado de tierra, y cuando hayan realizado su labor, entonces los Justos retornarán, y restaurarán sobre este mundo la Ley Universal que ahora ha sido mancillada.
La Humanidad actual, egoísta, sorda y ciega, aún no se ha dado cuenta de que el Apocalipsis va a finalizar, y convencida de que ha dominado a los elementos naturales, no ha sido capaz de observar, tomando nota, cómo esos elementos han estado haciendo su labor durante muchos años. El hombre ha creído, obstinadamente, que servirse de la Naturaleza es destruirla, y ahora ella puede responder, cancelando en cuestión de segundos la vida de esta generación depredadora, que no tendrá nada que hacer, a pesar de sus presuntuosos “avances científicos”, en cuanto los cuatro “corceles naturales” se desboquen. Y ello está a punto de suceder, porque el ser humano de esta Tierra, no sólo se ha atrevido a separar lo que Dios ha unido, sino que, además, lo ha hecho para fines bélicos y mortales, como en el pasado. ¡No escarmienta!...
Los siete sellos
Simbolizan un número de hechos de gran incidencia para la Humanidad, que serían descubiertos, puestos de manifiesto y dados a conocer de una manera general.
Representan una sucesión de acontecimientos negativos y trágicos, que sucederían en la última etapa apocalíptica. Los cuatro primeros “Sellos” corresponden a los cuatro “caballos”, ya descritos. Los otros tres, una vez abiertos, revelan la terrible persecución a que serán sometidos los Justos en los días finales, los titánicos cataclismos que precederán a las alteraciones visibles de las luminarias del cielo, Sol y Luna, la caída de artefactos espaciales en órbita alrededor de la Tierra, la verticalización del Eje terráqueo, y, por último, la purificación del planeta.
Los Elegidos
Muchos granos han de pasar por la piedra de moler, después de pasar por la malla de la criba. Las espigas más fecundas serán guardadas y conservadas, para luego mejorar la nueva sementera. Así, cosecha tras cosecha, el buen agricultor amplía la calidad del cereal que siembra. Valga el símil para el tiempo en que estamos, cuando la economía divina, siempre creativa y armónica, tiene la selección ya hecha y preparada para ser la semilla que ha de fructificar en la nueva tierra.
A los que han sido designados, llamémosles “Elegidos” si queréis. Tened por seguro que se cumplirá lo que dijo la promesa respecto de su herencia, porque han sabido realizar los valores necesarios para alcanzar la meta señalada.
Se ha hablado y escrito sobre la nueva Galilea, la llamada “Galilea de los Gentiles”, compuesta por “el pueblo que no es el pueblo” de Jesús. De ahí saldrá el núcleo mayor del conjunto del pueblo elegido. Casi todos latinos: españoles, italianos, sudamericanos... De esa gente bendecida por Dios vendrá la renovación del mundo. “Más allá del río Jordán y del mar” están los espíritus que han permanecido en el mundo por voluntad del Profundo y Eterno Padre. Los que han sido y son la iluminación, que es levadura, y la palabra, que es sal; los que han sufrido todo tipo de persecuciones por haber amado y seguido al Hijo de Dios. Ahora, todos están despiertos y disponibles. Pronto serán testigos de la bajada de la “Jerusalén Celeste”, de la que serán pasajeros en rumbo hacia el Amor, que aquí han prodigado y les ha sido negado.
Juan ha vuelto a estar, de nuevo, con los hombres, y en la envoltura de Eugenio Siragusa, su trabajo ha consistido, otra vez, en hacer de profeta, como escrito está en su Apocalipsis, y en despertar a los 144.000 Elegidos entre los moradores del planeta, para ser salvados en el momento preciso. Son los componentes de la tribu del Águila, de estirpe extraterrestre, fundamentalmente diferentes y no pertenecientes a esta dimensión, en la cual operan por su ofrecimiento voluntario, en misión de amor y ayuda. Se han convertido ya en conscientes, tras ser llamados e instruidos por Aquellos que Son, y representan los poderes del Padre Profundo. Están viviendo en medio de los hombres y entre ellos están los doce Apóstoles. A los impíos no les será fácil reconocerlos, pero ellos están ya iluminados por la divina sabiduría, con la que pronto promoverán el incendio de Amor renovador que hará cambiar el mundo. El Consolador prometido por Cristo, hace tiempo ya que vino y ha dado su testimonio, poniendo de relieve los pecados de este mundo, la justicia que habría de llegar y el juicio que tendría que celebrarse. Por su intervención, muchos espíritus han despertado a la luz de la Verdad. Ahora ya saben por qué están en esta tierra y que el regreso de Jesús, el Hijo del Hombre, está muy cercano. Gracias a los Hijos de la Llama, aquellos señalados por la voluntad divina, han sido preservados y tutelados, para que ningún ataque de los partidarios del Maligno, ni ninguna adversidad, pudiera turbar o impedir dicho despertar. Ellos han sabido ser cautos y prudentes, en una época infecunda llena de asechanzas graves y de diabólicas insidias. Ellos han conseguido tener una alerta activa, que les ha permitido alejar las embestidas de las fuerzas negativas, y han conseguido vencer las tentaciones sutiles de aquellos que, estando apagados en el espíritu, lucen demasiado en la materia.
Dentro de poco, todo estará ya consumado. El Maestro les dijo: “Yo no soy de este mundo y vosotros tampoco lo sois”. Dijo también que Jesús volvería, y ahora vuelve para contemplar cómo se aman los unos a los otros como Él les enseñó, y para llevarles al lugar que Cristo dijo iba a preparar para ellos. En este tiempo, la santa unión y la fraternidad los ha ceñido y el sol del amor brilla en sus corazones. Ya están dispuestos para edificar el paraíso, y las rosas de la paz habrán de florecer en todos los rincones de la nueva Tierra.
El Maestro también dijo y luego fue escrito: “El mundo los ha odiado, porque no son del mundo. No te ruego que los quites del mundo, sino que los preserves del mal... Santifícalos por Tu Verdad”.
Aquellos que se han santificado en la Verdad Divina saben hoy muy bien lo difícil que es obtener la comprensión en este mundo. Han sabido hasta la saciedad el sufrimiento que se obtiene cuando se da amor a los que alimentan odio. Conocen, dolorosamente, los azotes sin misericordia de la persecución y la burla malignas. Sin embargo, como saben el porqué, su gozo es grande y, aunque los ojos de los impíos se han posado en ellos sin piedad ni afecto, de sus corazones ha emergido, en cada instante, la esperanza indestructible de que, un día u otro, el frío resentimiento del hermano errado, podrá cambiarse por un dulce y cálido deseo de amor fraternal. ¡Sí, así son los Elegidos! Ellos son los que habrán conseguido hacer prevalecer la Verdad que destruirá para siempre las cadenas del Maligno, y su bendita libertad estará radiante de alegría y fructífera en obras, para gozo del Padre Creador. El fulgor de la Tierra se unirá al del Cielo, en un abrazo sublime con la Luz del Cosmos, llama inextinguible del Eterno y Divino Amor.
La comunidad de Espíritus Elegidos, los doce millares de las doce tribus, ya está vivificada y operante en todo aquello que produce el Bien sin interés alguno. Han sabido estar unidos por la misma llama, y ser niños en el corazón y humildes en el Alma. Ahora pueden ser prudentes en toda circunstancia y tienen íntegra la capacidad del buen discernimiento. Conociendo el vacío, han aprehendido la Luz. Sabiendo del odio, han elegido el Amor. Solícitos, han sembrado en el corazón de los hombres y han hecho fecundar la luz de la verdad, sin olvidar la prudencia, que les ha hecho ser puros como las palomas, pero astutos como las serpientes. El Mal les ha puesto mil trampas y su red ha estado siempre al acecho, pero ellos han conservado celosamente lo que habían heredado de Aquél que les amó y les ama. Ya no dudan en distinguir el árbol de los frutos buenos, del árbol de los frutos malos, y aunque saben que los odian y calumnian, su corazón no se entristece, porque tienen la certeza de que son los hijos del Altísimo.
Ellos saben hoy que el mundo será sacudido como un barril en el centro de un remolino, y que los cuatro elementos que los Zigos gobiernan mostrarán su rebeldía en un terrible agitar de fuerzas poderosas. Pero, están preparados para ser espectadores de ese gran momento purificador, que ellos vislumbran muy cercano. Y sus sueños están llenos de esperanza, una esperanza viva, insuperable, porque son conscientes de lo que han de hacer y de la misión que tienen. Mucho han llorado viendo un planeta tan hermoso, destruido en manos de egoístas, pero, después del gran viaje, volverán. Sí, un día volverán, y su colectivo amor fraterno será un continuo triunfo de la vida sobre la muerte, de la luz sobre las sombras. Será siempre como una eterna aurora. No sirve de nada lamentarse ahora: si el hombre hubiera querido habría podido evitar el terrible desenlace en el que se verá envuelto en breve. Cristo le trajo el Amor y el ejemplo. De haber puesto en práctica la enseñanza dada por Él, habría escogido el camino de la hermandad entre los pueblos. Con dos mil años transcurridos, podía haber comprendido y asimilado la absoluta importancia del mensaje crístico. Pero, este ser humano, ciego, sordo y engreído, no ha querido entender, y de esta manera ha desembocado en una situación totalmente distinta a la que un comportamiento positivo le hubiera conducido.
A pesar de tantas advertencias, de tantos avisos proféticos, de tantas trompetas angélicas, esta Humanidad de hoy ha llegado al punto de ser capaz de destruir el lugar que habita, su propio mundo. Ha contaminado el aire, el agua, el suelo, y ha roto el equilibrio planetario de tal manera, que ahora debe enfrentarse a terribles trastornos de índole apocalíptica, en los cuales fenecerá. Solamente un conjunto de seres humanos, pequeño en comparación con la masa total, podrá salvarse, al haber realizado un desarrollo espiritual suficiente para subir un peldaño en la escala del divino Valor Evolutivo Superior. Esos son los Elegidos. Mientras ellos serán elevados en el aire, el fuego actuará como elemento purificador y bajará sobre la Tierra. Una vez ésta purificada, volverán de nuevo y continuarán su vida con un renovado espíritu, con una nueva sabiduría, una nueva comprensión, en comunión con Cristo y con el Profundo Padre Creador.
Ha sido dicho que serán puestas en movimiento las titánicas fuerzas del aire, del agua, del fuego y de la tierra. Ha sido dicho también que el Juicio sería pleno de severidad, y que toda cosa viviente sería purificada sobre la faz de la Tierra. Ya ha llegado, pues, el tiempo en que todo ello será realizado, y dura será la sentencia para todos aquellos que han preferido permanecer sordos y ciegos a la llamada del Amor Supremo. Toda cosa, repito, será sacudida y cambiada en este mundo decadente. Resurgirá esplendorosa la aurora de la paz y radiante la luz de la Justicia Divina, alegrando así los corazones de todos los que han sabido responder al celestial reclamo. Sus espíritus serán ceñidos de sabiduría y cordura, y gozarán de una felicidad como nunca antes existió en la Tierra.
El consuelo para los otros, que no han aprendido la lección, es que, aunque se habló mucho de “perdición eterna”, nada de lo que fue creado puede perderse. La única pérdida será para todos ellos, en esta ocasión, el no poder alcanzar el nivel que los Elegidos van a conseguir. Dentro de la tristeza que produce el contemplar su fracaso, es posible darles un mensaje de esperanza: “Están perdidos para la Tierra, pero no estarán perdidos para Dios”. Éste es el verdadero sentido del Amor y misericordia divinos.
Las siete trompetas
Es una forma simbólica de describir un número de hechos importantes, que se proclamarían en los últimos tiempos apocalípticos de esta Humanidad. Serían los avisos divinos para que los hombres reflexionaran y reaccionaran positivamente. Por desgracia, no ha sido así. De nada han servido las llamadas y recomendaciones del Cielo a la mayoría de los componentes de esta generación.
Los estragos causados por los fuegos pavorosos en los bosques del mundo, casi siempre malintencionados, las terribles contaminaciones de mares, ríos y fuentes de aguas potables, por vertidos irresponsables, y las repercusiones de un odio irracional desatado, producirán un desequilibrio natural hiper-caótico, causando la alteración, incluso de los astros que iluminan el planeta, que verá ensuciarse progresivamente su aura por una deletérea viscosidad magnética, que hará necesaria una urgente purificación, tras la contienda desencadenada por los Jinetes del Apocalipsis y los Zigos.
Los dos Testigos
Serán dos personajes, vivientes en este mundo, que dentro de muy poco saldrán a la luz, portando las antorchas de las entidades espirituales de Henoch y Elías. Llevarán por todas partes, durante tres años y medio, el testimonio de la Verdad. Señalarán la faz del Anticristo y alertarán a los moradores de la Tierra, sobre todo aquello que se avecina, haciéndoles ver los verdaderos valores, que han sido invertidos por el Poder Infernal y sus secuaces, y llevándoles a reflexionar sobre la necesidad de un cambio de actitud en la dirección positiva.
Sus voces se escucharán en todos los ámbitos del planeta, y tendrán la facultad de infundir deseo ascensional en muchas Almas de la Tierra. Los dos Testimonios de Dios contrarrestarán la influencia diabólica del Príncipe de este mundo y, al final de su labor, serán muertos por los sicarios del Mal.
Con sus sublime sacrificio, darán gloria al Señor, para que se cumplan sus designios divinos, en aras de un mundo nuevo de Justicia, de Amor, de Paz y de Fraternidad.
Pronto se podrá comprender cuánto ha sido ocultado por los servidores de las Tinieblas. Pero, para muchos ya será demasiado tarde. Pronto, también, todo aquello que estuvo escondido, será expuesto a la luz y dicho a gritos desde los tejados de las casas. Pero, también a muchos, ya no les servirá. Todo cuanto se tenía que decir, ya se habrá dicho, y aquellos que habrán escuchado, tras conocer la Verdad, podrán acceder a la gracia de ser libres. Pero, muchos serán, desgraciadamente, los que, por el Bien recibido, devolverán a estos dos olivos de Cristo, el odio, la persecución, la burla y el vituperio. Y, al final, la muerte.
Las dos Mujeres
Representan, en simbología apocalíptica, dos diferentes matrices generadoras de valores totalmente contrarios: unos, pertenecientes al seno del Bien, del cual se alimentan; y, otros, amamantándose en el seno del Mal, del cual se nutren y se sacian.
La Mujer del capítulo XII del Apocalipsis, “vestida de Sol, con la Luna bajo sus pies y en su cabeza una corona de 12 estrellas”, es la vieja Tierra con “dolores de parto”, dispuesta a dar a luz una Nueva Tierra con una Nueva Humanidad liderada por Jesús, teniendo la oposición del Poder Infernal, el Dragón demoníaco, que, con sus ataques y tentaciones, tratará de evitarlo.
La Mujer del capítulo XVII, “estaba vestida de púrpura y de escarlata, de piedras preciosas y de perlas. Tenía en la mano una copa de oro, etc.” Es una referencia clara a los colores de las vestiduras eclesiales, a sus riquezas, a su ornato, al oro de sus cálices, a sus comportamientos y obras hipócritas, más acordes con lo corrupto de la materia, que con la divinidad del Espíritu. Se trata, indudablemente, de la Iglesia de Roma, creadora de instrumentos de coerción, persecución y crimen, como la Inquisición, responsables del derramamiento de la sangre de tantos inocentes.
El Dragón
El Dragón del capítulo XII del Apocalipsis, es el Poder Infernal, con influencia satánica sobre los 7 Estamentos más importantes de la Tierra: el político, el militar, el religioso, el económico, el ideológico, el judicial y el informativo. Siete Grupos de Presión, que son como las “cabezas” rectoras de la Serpiente del Infierno. Con total autonomía diabólica sobre 10 Atribuciones principales, indicadas más adelante, capaces de ser utilizadas como “cuernos” para herir, mediatizar o atentar, desde la Mente hasta la Vida, pudiendo transmutar hasta el mismo Espíritu y hacerlo siervo del Mal. Todo ello, con sus principales Órganos de Poder, que son como las “diademas” de las 7 cabezas del Dragón.
La Serpiente apocalíptica, el Dragón que ruge ya en este siglo XXI, son los enormes intereses económicos, en connivencia con las poderosas ansias de Poder político, militar, religioso, y de dominio de la masa humana. Todos ellos se apoyan y protegen, produciendo un clima altamente traumático, que amenaza con acabar, irreversiblemente, con esta civilización. Nadie podrá acabar con él, salvo aquellos que son incorruptibles, y ya han sido prácticamente probados en todas las situaciones. Ellos podrán establecer la nueva metodología que generará el auténtico sentimiento del derecho-deber, condición indispensable para convertirse en una civilización avanzada.
En el versículo 9 del capítulo apocalíptico anteriormente citado, el apóstol Juan hace alusión al arrojamiento en tierra del Dragón Satanás y sus ángeles.
Esta referencia debe interpretarse como la actividad satánica incrementada por un descenso en los últimos años de los Tiempos Finales de oleadas de espíritus de ínfima evolución, ávidos de penetrar en ese ambiente propiciado con el que están en absoluta sintonía, y el estado permanente de pecado, es decir, de equivocación espiritual, y de acusación delante de la divinidad, por la continua rebeldía contra los planes del Creador. Esta bajada de Satanás y sus secuaces, permitida por los designios divinos para avivar la simiente angélica de los Justos, en el contraste con los crímenes y las abominaciones de los esbirros del Diablo, tiene su reflejo en la corrupción y degradación generalizadas, que se extienden hoy por toda la Tierra. Una ingente multitud de criaturas irresponsables se dejan seducir por el placer inmoral, y en todas partes se observa, con expresión cínica e hipócrita, la inversión de los valores tradicionales de la vida. El mundo se ha llenado de espíritus egoístas, rebeldes, materialistas, propensos a la relajación moral, sedientos de placeres sensuales, adversarios furibundos de toda disciplina, enemigos de todo orden, con verdadero apego a los dictámenes de la maldad.
Las siete Copas
Con ellas simboliza el profeta una serie de impregnaciones, con las que los hombres impíos producirán gravísimos atentados contra la Naturaleza, provocando una desarmonía y un desequilibrio generalizados, que tenderán a corregir los elementos naturales, de forma expeditiva. Las “Copas” muestran las terribles consecuencias producidas por los vertidos de todo tipo, los venenos contaminadores soltados por los humanos irresponsables, sobre la tierra, el agua y el aire. Que luego completarán con el peor vertido realizado siempre por los seres de este mundo: el Odio. Un odio feroz que les hará volver a exterminarse entre ellos en la peor y más cruel de sus guerras planetarias, la Tercera, en una interminable espiral de violencia homicida que aumentará con la Guerra de las Razas, y que durará hasta que los astros del cielo muestren sus señales y la paciencia divina se acabe. Entonces, tendrá lugar la Purificación.
Los caballos blancos
Ya son menos los que no creen que el planeta Tierra se halla bajo el asiduo control de Seres superiores procedentes de mundos más evolucionados que éste, del espacio sideral. A pesar de los intentos de los Gobiernos de la Humanidad para querer ignorarlo y ocultarlo, los ángeles extraterrestres pusieron en marcha, hace ya tiempo, un metódico plan para impedir que el hombre llevara a un límite irreversible su actividad destructiva y malsana. Este plan contempla una solución global a todos los aspectos negativos que han puesto en peligro el equilibrio organizador y evolutivo de la especie humana.
El escepticismo de la ciencia terrestre y de ciertos investigadores, ha desvirtuado el hecho real de ese gran número de naves siderales, de procedencia ajena a la Tierra, que durante años han surcado los cielos de este planeta, para ir concienciando a sus habitantes de que no están solos en el espacio, como siempre habían creído. Ellos tendrían que haber realizado, desde hace mucho tiempo, el aspecto real y la visión espiritual de lo que les fue entregado, hace aproximadamente 2.000 años, por el sublime sacrificio crístico. Pero, no lo han hecho así, sino al revés. Y ahora que caminan hacia la quiebra total de la obra humana, no han dejado más alternativa a esas Inteligencias Superiores, que la selección de un mayor o menor número de Almas, para poder preservar y mantener la estabilidad de los valores universales. El proceso final ya ha comenzado, y su desarrollo será el preludio de un Juicio severo que no debería ser ignorado por nadie. Los acontecimientos que seguirán, evidenciarán la grave acusación que pesa sobre todo el género humano, culpable de no haber sabido ni querido realizar, con Justicia y Amor, los planes de la Inteligencia Creadora, encaminados a la evolución progresiva, pacífica y libre de todas las Almas vivientes.
Jesús, el Hijo del Hombre, pronto llegará, acompañado de sus legiones celestiales, todos transportados, a través del cielo, por “nubes” o “caballos blancos”, a los que muchos llaman “ovnis”, “ufos” o “platillos volantes”.
¿Cuándo comprenderá esta generación ciega y sorda?
La Nueva Jerusalén
La “Nueva Jerusalén” es una gran cosmonave, de colosales dimensiones, que vendrá a recoger y rescatar a los Elegidos, aquellos que conformarán la semilla de la nueva generación. Pero, el alcance de esta denominación es aún mayor, ya que entraña también un nuevo concepto de Humanidad, de Templo Crístico en este planeta.
En un tiempo ya remoto, fueron traídas a la Tierra una gran variedad de animales domésticos e infinidad de plantas que han sido y son aún, básicas para la subsistencia humana. Sin embargo, la acción irresponsable, absurda y diabólica de esta generación homicida ha ido creando un vacío ecológico de tal magnitud, que ha desembocado en un desequilibrio tan peligroso, que ahora amenaza la propia supervivencia de esta Humanidad inconsciente.
Ante la gravedad de lo que se avecinaba, Aquellos que Son, los Guardianes de la Economía Divina, decidieron desarrollar, durante años, la que podría llamarse Operación “Arca de Noé”: salvar y proteger una notable cantidad de especies animales y vegetales, trasladándolas a lugares seguros, donde su perpetuación natural no sufriera menoscabo alguno en sus valores genéticos, ni en las funciones encaminadas a la consecución de la armonía creadora, violada pertinazmente por seres sin consciencia ni conciencia. ¡Pobres necios que sólo han sabido ver “raptos y abducciones” donde solamente han existido actos de amor sin interés alguno! La historia se repite y Ellos son ahora los nuevos Noés de nuestro tiempo. Que también salvarán a un buen número de Designados, suficiente para perpetuar la raza humana, llevándoles a las moradas preparadas por su Cristo, en la “Jerusalén Celeste”, una enorme ciudad volante entre doradas paredes metálicas, conformada por una nave central o nodriza, a la que irán unidas una serie de naves. Ella será la nueva Ciudad Santa, el Nuevo Templo.
El estanque de fuego
Un planeta-cometa se dirige hacia la Tierra. Es un astro de magnetismo primario, con una masa sólida superior a la terráquea y un volumen aúrico mucho mayor que el de este orbe, debido a la estructura mineral de su núcleo. Su órbita, alrededor de un Sol distinto al de este Sistema, completa su circuito en un tiempo alrededor de 6.666 años, y es oblicua al eje imaginario terrestre. Su atracción magnética es tan poderosa, que obligará a éste a desviarse. Como un poderoso imán arrastrará con él, no sólo el viscoso magnetismo que envuelve a la Tierra, sino también las Almas de los responsables de ello, que estarán en sintonía con su evolución primaria.
Su venida no puede considerarse “castigo divino”, en el sentido de represalia o desquite. Es solamente purificación, rectificación espiritual, abandono obligado de los senderos perjudiciales para las Almas y repetición para muchos de las lecciones mal aprendidas, para llevarles de regreso, en el transcurrir del tiempo, al venturoso camino de la compostura crística. El llamado “Hercólubus” por algunos, y por otros, con bastante acierto, “Bola de la Redención”, es el “estanque de fuego” citado en el Apocalipsis de Juan.
Cuando Jesús habló de los que irían al lugar donde sólo se oye el crujir de dientes, ya estaba definiendo el ambiente primitivo, opresivo y brutal de este planeta purificador, verdadero “infierno” de odio, venganza, desesperación, emboscada y animalidad, cuyo clima infrahumano les hará añorar lo que despreciaron en la Tierra, y les forzará a progresar más rápido.
JOSÉ GARCÍA ÁLVAREZ jogalvarez@telefonica.net