viernes, 4 de marzo de 2011

ELLOS VERÁN

Dudaba y lloraba, la oscuridad me rodeaba, buscaba y te quería. Señor, Tú me oíste. Allá en la lejanía, entre Tú y yo estaba: un solo rayo de Luz iluminó mi corazón. Mi Alma ardió, fui resplandor, corriendo hacia Ti voy. Tú me llamas. En mi carrera puede que tropiece, pero Jesús sana mis heridas. De mi dolor no me duelo, porque Tú lloras. Contigo soy flor, soy viento. Soy Tú, soy Amor: así me consuelo. Correr y volar alto, sólo así soy feliz. Miro la oscuridad y mis ojos lloran lágrimas de amargura, pues allá en el vacío veo a la gente que en su no evolución perdura. ¡¿Qué puedo hacer?! - grito y pregunto. ¡Sé así! - me respondiste - Ellos verán. Ya no lloro, ni dudo. Sólo quiero alcanzarte.

sábado, 10 de octubre de 2009

LA SODOMÍA ESTÁ DE MODA

LA SODOMÍA ESTÁ DE MODA

¡EL SEXO, SIEMPRE EL SEXO!
En todos los actos de vuestra existencia, hombres y mujeres terrestres, prevalece siempre la dinámica del sexo como única intención de vuestra vida. El erotismo convulso es vuestro pan de cada día, y notamos que vosotros no conseguís pensar en otra cosa sino en estimular, con todos los medios, la frenética carrera hacia las bajas frecuencias habituales de la sexología.

La libídine es siempre la resultante de cada simpatía, de todo encuentro entre dos sexos opuestos. No sabéis dar nada al espíritu; solamente a la materia concedéis la máxima confortación. Y esto es un mal enorme. Muchos nobles sentimientos se desgastan en el orgasmo del excesivo deseo de posesión, en la excitación superflua y fluctuante del deseo carnal. El desequilibrio prevalece y el dinamismo espiritual queda seriamente comprometido.

Es verdad que la práctica del sexo es necesaria, pero también es verdad que el exceso es deletéreo para un sano equilibrio psico-físico-espiritual.

La excitación que provocáis a través de films y revistas pornográficas acelera, sea en la mujer o en el hombre, el instinto degenerado de la posesión violenta y la satisfacción sodomítica o fornicaciones peores, que los mismos animales rehusan.

Ya os hemos dicho que el sexo no es el amor, más bien un instinto meramente creador, un medio que empuja la adoración a constituir con el amor el concepto andrógino, temporalmente separado en vuestra dimensión.

La disolución psíquica del sexo, produce una dinámica violenta de atracción, alterando notable e hipertróficamente los valores substanciales del pudor y de los sentimientos sublimes del amor.

Fue dicho y escrito: “El hombre no haga la mujer y la mujer no haga el hombre” y “El hombre no vista como la mujer ni la mujer como el hombre”.

Vosotros recurrís a insidias todavía peores para estimular atenciones irritantes capaces de desarrollar el instinto de la violencia y de la posesión sexual. La culpa es siempre vuestra, de vuestra ciencia y de vuestra sociedad, incapaces de proporcionar soluciones necesarias. En nuestros mundos estas asquerosidades no existen.

Según lo que se oye y lo que se ve, no es difícil de comprender que esta Generación se aproxima cada vez más a ese arte horrible que causó la destrucción de Sodoma y Gomorra. Hay pruebas irrefutables, no divulgables, del frenesí sensual desencadenado, que empuja al hombre y a la mujer a relaciones sexuales con los de su propio sexo, al intercambio de parejas y a la copulación con animales.

¡Es la decadencia completa de todo orden moral!
¡Es la destrucción total de todo valor espiritual!
¡Es el retorno del hombre al nivel del animal!
¡Es la quiebra total en todos los sentidos!

Son muchos los que recorren un sendero extremadamente peligroso. Entre todos los desastres creados, el suscitado por la lujuria animal es el peor, el más degradante para el Espíritu. No saben muy bien contra qué se dirigen si continúan perseverando en este arte diabólico. No quieren saber que no habrá posibilidad de salvación.

Trastornar la Ley Universal con estas prácticas significa la segunda muerte total del Espíritu y en consecuencia un largo y atroz sufrimiento.
Algunos no podrán comprender claramente lo que quiero decir, pero les aseguro que cuando sean capaces de comprender, por la experiencia, será demasiado tarde para poder salir "del estrecho pozo, profundo, frío y oscuro" en el que la desesperación será su única compañía, durante el larguísimo período del retorno al comienzo de la evolución.

Conviene alejar toda tentación de este tipo, porque ES TERRIBLE CEDER A UNA SIMPLE TENTACIÓN. Las consecuencias son terroríficas y extremadamente dolorosas.

Paz para todos.

De un Extraterrestre en Misión.

José García Álvarez

Pulpí - España
Tl.- 950465048
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EXPERIMENTOS EN EL ESPACIO

EXPERIMENTOS EN EL ESPACIO
En el espacio, los científicos han iniciado la experimentación de un peligroso conflicto de medios teleguiados y radiodirigidos de las dos superpotencias atómicas. La ciencia sin conciencia encerró en el caparazón de una nuez la destrucción y la muerte. Los hombres están mirando, pero no ven que sobre sus cabezas pasan millares de artefactos cargados de vibraciones mortales.

Estáis en la hora octava; la novena podría tocar de un momento a otro, y no veríais otra cosa más que el apagarse de la vida para siempre. No os queda más que rezar si no sois capaces de parar esta loca y mortal carrera hacia el aniquilamiento total del género humano de este mundo.

Debéis gritar hasta derrumbar este maldito edificio de demonios destructores. Debéis gritar con el mismo fervor y con la misma fe de los que hicieron derrumbar las murallas de Jericó, sin mover un solo dedo. Si no lo hacéis, vuestra carne y la carne de vuestra carne no gozará más de las bellezas inefables de este mundo creado por Dios. Si os quedáis mirando estáticos, inmóviles y pasivos, el cielo se oscurecerá delante de vuestros ojos y solamente las tinieblas serán las compañeras de vuestros padecimientos y de la muerte.

Los Ángeles Extraterrestres

José García Álvarez

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¿Y LA AYUDA EXTRATERRESTRE?

¿Y LA AYUDA EXTRATERRESTRE?

¿Qué queréis que hagamos, imponeros coercitivamente lo que no queréis aceptar en absoluto? ¿Qué debemos hacer además de todo lo que se ha hecho, para haceros entender que estáis sobre ascuas, que vuestra sociedad está por completo carente de aquellos presupuestos ideales que producen un pacífico y sano progreso y una verdadera felicidad? ¿No habéis entendido, después de dos mil años, los valores sublimes del amor, traídos sobre la Tierra por Cristo, el Genio Solar? ¿Qué más podríamos deciros de cuanto Él os dejó dicho, para que pudierais encontrar el camino de la verdad que ayuda a la vida a ser digna de ser vivida?

Muchos han sido los Genios Cósmicos que se os dieron para que vivieran como hombres, sobre vuestro planeta, y así poder ayudaros, para ofreceros luz y conocimiento. La mayoría de éstos han sido perseguidos, encarcelados, muertos sin piedad. Habéis rehusado siempre la obra de amor de los hijos conscientes en Dios y lo seguís haciendo por el temor de perder vuestras costumbres egoístas, blasfemas y negativas.

Deberíamos cambiaros las cabezas o poneros en condiciones de aceptar la verdad a toda costa. Dios no carece de medios persuasivos, esto también debéis saberlo. A nosotros nos incumbe ejecutar los planes bien definidos, que se refieren a la selección y preparación de los “señalados”, de todos aquellos espíritus vivientes que poseen la predisposición de aceptar el nuevo pacto y la nueva ley.

Se debe a otros la tarea de realizar la “parusía”, para cuando lo querrá el Altísimo. Sabéis muy bien que si queréis, podéis ayudaros y ser ayudados por la misericordia divina. Sabéis muy bien que está en vosotros resolver, o no, los graves problemas que os hacen gritar “¡Socorro!”. Nosotros estamos esperando este acto vuestro de buena voluntad para daros un considerable empuje, mediante unos medios que vosotros ni podéis imaginar.

Si queréis, realmente, ser ayudados, empezad con predisponeros a creer que nosotros somos una realidad obrante y aceptad, si creéis, lo que os comunicamos sin que deba preocuparos los caminos ni los medios que empleamos.

Realizad nuestros consejos y tendréis la certeza absoluta de nuestro fraterno amor universal.

AQUELLOS QUE SON

José García Álvarez

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MENSAJE DEL CIELO A LA TIERRA

NO PODRÉIS DECIR “NO LO SABÍA”

Los “ángeles” del Apocalipsis han laborado con fraterno afán, para convencer al hombre de la inviabilidad de sus errores y salvaguardar la Tierra. Hasta el último momento harán aquello que vinieron a hacer y darán ejemplo vivo de cómo se puede trabajar por los demás, sin esperar recompensa alguna, aún cuando muchos de esos demás no sean merecedores de su abnegado esfuerzo.

Ahora, dará comienzo el tiempo en que estos angélicos extraterrestres, Hermanos Mayores que vienen de las estrellas, serán vistos, siempre más a menudo, en sus discos voladores. Será cosa normal el ver completas formaciones de aparatos de otros mundos. También eso forma parte de su plan operativo, sobre todo cuando la situación de discordia política entre los pueblos de la Tierra sea tal, que será imposible evitar una terrible confrontación global.

No habrán podido hacerlo antes de esa urgencia, porque sería una injerencia no permitida por la Ley Cósmica. Llegado el momento, ya irremediable, el cielo se llenará de “caballos blancos”. Pasará lo que deberá pasar, y después, los Elegidos se encontrarán un mundo renovado, una nueva Tierra, donde la existencia transcurrirá en un continuo gozo de vivir.

José García Álvarez

Pulpí - España

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LA CIENCIA TERRESTRE

LA CIENCIA TERRESTRE

La Ciencia terrestre, sin duda alguna, ha ido siempre por detrás de los logros de la iniciación. Casi siempre inspirándose en esta última, consagrados sabios de este mundo, que en principio han sido vetados y rechazados por la llamada Ciencia Oficial compuesta por engreidos y presuntuosos, han alcanzado indiscutibles ilaciones en el campo científico y genial precisión en la esfera astronómica. Pero, a pesar de esa "exactitud" científica, de ese positivismo indiscutible en sus bases experimentales, las constantes correcciones, las sustituciones y los nuevos descubrimientos, han exigido y exigen continuos aciertos. El sistema Claudio Ptolomeo, resultado de innumerables e inamovibles investigaciones de la época, afirmaba que la Tierra era el centro del Universo; pero, tuvo que ceder su lugar a la teoría del sistema heliocéntrico de Copérnico, en el que el Sol pasaba a figurar como centro del Sistema.
Hasta principios del siglo IX, los astrónomos aseguraban, con toda suficiencia y "positividad experimental", que sólo siete planetas giraban en torno del Sol. Pero, eso no impidió que Le Verrier, en 1.846, descubriese a Neptuno, y gracias a los cálculos de Percival Lowell, fuese descubierto Plutón en 1.930. Después, los prestigiosos astrónomos aseguraron que esos orbes eran los últimos en descubrirse, cosa que este mismo año ha habido que rectificar con el nuevo planeta descubierto. Si los científicos que se vanaglorian de tener renombre fueran más humildes no afirmarían cosas de forma categórica en sus arriesgadas teorías, pues la función prosaica de los hombres es descubrir y calcular aquello que la Ley Suprema creó, sin consultar la presunción de los compendios humanos.
Recordemos ciertos anales científicos y en ellos se encontrarán innumerables teorías sobre la constitución intrínseca del Sol, sin que formen un acuerdo perfecto de ideas. La teoría de los rayos cósmicos no ha tardado en echar por tierra la consagrada ley de Newton: la curvatura de la luz, en la teoría einsteiniana, después de examen de los posteriores eclipses totales, ha demostrado un error de más o menos un 30% de los anteriores cálculos teóricos.
Marte - el planeta más próximo y accesible a los estudios astronómicos de los sabios terrestres - ha servido para saturar de teorías ciertos compendios, en los cuales la variedad de consideraciones científicas es bien acentuada. Los satélites de Júpiter sirvieron para innumerables discusiones cuando fueron descubiertos y aún hoy, a pesar de la gran capacidad técnica del instrumental óptico de Monte Palomar, los astrónomos no saben cuál es la estructura exacta de los anillos de Saturno, ni tienen la visión poliforme de los que llaman "canales marcianos".
Sería abrumador enumerar las teorías y descubrimientos rectificadores de la Ciencia de este mundo, desde tiempos remotos, demostrando así su vulnerabilidad constante. Los actuales astrofísicos desdeñan aún la posibilidad de la modificación del Eje terráqueo en la cercanía de este tiempo en que vivimos, y sin embargo, desde el "Libro de Enoch" - en los consagrados diálogos de Noah y Enoch, el abuelo - los iniciados conocían perfectamente el asunto y lo han seguido gradualmente a través de los tiempos.
Un saludo cordial,
José García Álvarez
Pulpí - España
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EL TEMOR A LAS PROFECÍAS

EL TEMOR A LAS PROFECÍAS

Hay muchos que protestan airadamente, porque se describe el final de los tiempos con un conjunto de profecías que componen un cortejo de dolores, destrucciones y calamidades. Acusan a los profetas y a los transmisores de sus predicciones de dar relieve a situaciones catastrófistas con las que llevan el temor a mucha gente, sobre todo a los que son aprensivos.

Sus argumentos recuerdan las providencias del médico que finge ignorar la gangrena del paciente para no asustarlo... "La siembra es libre, pero la cosecha es obligatoria" son los conceptos sobradamente probados en la sucesión de las multiples encarnaciones. ¿Cómo se quiere coger fresas provenientes de las espinas sembradas en otros lugares por la desaprensión espiritual? ¿Por qué motivo temen esos acontecimientos y los consideran atemorizadores, si bastaría con la integración incondicional al Evangelio de Jesús para quedar inmunizados contra los correctivos determinados por la Ley Suprema? El Cristo fue muy claro cuando dijo que en el "fin de los tiempos" serían separados los lobos de las ovejas y el trigo de la cizaña. Cumple, pues, a cada uno, escoger la posición que más le convenga.

Es paradójico suponer que los mojigatos sienten temor por las profecías y no se llenan de espanto ante hechos tan horribles como la destrucción de la Naturaleza, el aborto, la eutanasia, la droga, la sodomía, el crimen, la guerra y otro montón de acciones abominables, ante las que sus conciencias permanecen impasibles y aletargadas, pensando equivocadamente que nadie va a poner coto a los desmanes de esta generación homicida. Craso error.

Un cordial saludo,

José García Álvarez

Pulpí - España
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